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¿Se están extinguiendo los amores de verano?

Ya no vamos de vacaciones como antes

11/06/2019


La historia era la siguiente. Pasas unas semanitas en un pueblo con playa este verano. Nada grandilocuente, simplemente paz y relajación tras muchos meses de arduo trabajo. Estás de celebración, por lo que te permites más caprichos de la habitual. Contando como capricho a ese muchacho que te dedicó una mirada furtiva en un bar.

No se trata del amor de tu vida pero sin duda lo quieres para más de una noche. Vuestro romance durará lo que dure agosto.

Así son los romances de verano. O mejor dicho, así eran. Las tornas están cambiando.

Seamos sinceros, cuando estamos de vacaciones nos sentimos como turistas, y como buenos turistas, la huella que dejamos allá por donde pasemos no es duradera y todo tiene ese clásico olor a fecha de caducidad cercana.

Siempre hemos catalogado a los amores nacidos en verano como pasionales y efímeros. La ciencia nos dice que es cuando nuestras hormonas están más revolucionadas: mayor horas de luz al día, más tiempo libre, más carne y color a la vista. Pero pensándolo fríamente, ¿no son esos factores los que nos harían más promiscuos? ¿Por qué deberíamos atarnos a alguien en estas fechas por breve que fuera el romance?

Sí, los tiempos están cambiando. No, los amores de verano no desaparecerán pero sí parece que menguan en número. Hay distintos factores que así lo propician.

Para empezar, ya no veraneamos de la manera en que veraneaban nuestros padres. La mayoría preferimos repartir los días de nuestras vacaciones en distintos destinos, o pasar un menor periodo visitando lugares más lejanos y por lo tanto más caros. Aquello de pasar un mes entero en el pueblo de nuestros padres está de capa caída. Por lo tanto, ya no damos pie a poder conocer a alguien con el que pasar más de una noche. Recordemos que para ser catalogado como amor de verano, al menos debe durante un par de semanas.

Más factores. Ese mes que pasábamos en el pueblo lo hacíamos acompañados de familiares. Encontrar al amor de verano significaba poder tener algo tuyo, propio, dentro de la poca intimidad que te dan unas vacaciones como esas. Un refugio al que huir para poder ser tu misma al cien por cien. Pero los tiempos han cambiado y eso ya no nos resulta necesario. 

Gracias a un reciente estudio sabemos que dos de cada tres mujeres que viajan lo hacen solas o con un grupo de amigas. No es que no sea apetecible llevarse a alguien de tu gusto a la cama, pero en este nuevo escenario propiciamos poco el volver a quedar con el chico que nos enamoró anoche. Sí, estuvo genial, pero lo cierto es que lo que te apetece realmente es disfrutar de este lugar lejano con tus amigas, nada más.

Los amores de verano siguen ahí fuera, esperando a que los encontremos. Es solo que no nos apetece tanto como antes. Pero todo tiene solución: ¿qué tal pasar este cliché al invierno? ¿Una historia romántica breve con alguien con quien disfrutar del sexo y de un buen maratón de series cobijados bajo una manta en lo más crudo del crudo invierno? Tampoco suena nada mal.

Imagen Vía
 

Redacción COSMO
Noticias escritas por el equipo de redacción de COSMO.


Comentarios

Ana, de Madrid: Hace 2 años

Granada es una ciudad maravillosa con un encanto muy especial, He probado algunas de las experiencias propuestas, y Hammam Al Ándalus en Málaga que es como si te bañaras en la Alhambra, más que un lujo, un verdadero deleite

 

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