Embutida en cuero gótico. Actitud y peinado punk. Piercings, tatuajes y una actitud poco amistosa. Ella es Lisbeth Salander, todo un icono de la literatura y el cine.
Una investigadora infalible, una hacker insuperable y una fuerza de la naturaleza cuando se trata de buscar venganza contra los que le han hecho daño.
Salander es la total protagonista y principal reclamo de las novelas de la saga Millenium, iniciada por el escritor sueco Stieg Larsson, y de sus adaptaciones cinematográficas. En las estadounidenses ha tenido el rostro de Rooney Mara o de Claire Foy, pero la actriz que sentó las bases de cómo Salander debía moverse en pantalla es Noomi Rapace.
Raíces flamencas
Noomi Rapace, nacida como Hilda Noomi Norén, es hija de una sueca y un español. Y no cualquier español, un cantaor de flamenco. Su nombre era Rogelio Durán, nacido en Badajoz. Interesado también por otras artes como el teatro o el cine, Durán viajó por toda Europa para presentar un espectáculo de cante, aunque pronto vio la oportunidad de redirigir su carrera a profesor de voz e interpretación.
Se instaló en Suecia donde formó su propio grupo haciendo giras por toda Europa y Sudamérica, participando en discos como 'Navidad flamencas en Dinamarca' o películas como 'Babas bilar' (2006) y 'Komplett galen' (2005). En Suecia conoció a una mujer y juntos tuvieron a una hija, aunque él no estaría allí para criarla. Rogelio y Noomi no se presentaron hasta que ella tenía 15 años.
Y aunque de su padre biológico sacaría parte de su vena artística, fue su padre adoptivo quien le introduciría en el mundo del cine.
Cabalgando hacia el estrellato
Su padrastro, un hombre islandés, tenía como ocupación el cuidado de caballos y estaba conectado con varias productoras que reclamaban sus servicios cuando necesitaban un equino ante la cámara. Noomi solía acompañarle a los lugares de rodaje y en uno de ellos el realizador Hrafn Gunnlaugsson le propuso participar en una escena cuando la joven tenía solo siete años.
Noomi aceptó encantada y desde ese mismo día supo que su futuro estaba ante una cámara de cine. Comenzó a participar en talleres de actuación hasta que consiguió un hueco en el mundillo del teatro sueco. Tras participar en series y telefilmes se le concedió un papel más jugoso en la película 'Daisy diamond', estrenada en el Festival de San Sebastián 2007 y por la que ganó varios premios de interpretación.
La carrera de Rapace estaba en marcha, solo necesitaba un papel de éxito para conquistar el estrellato. Y aquí es donde entra Lisbeth Salander.
La trilogía Millenium
Con 27 millones de copias vendidas, la saga Millenium era ya conocida en todo el mundo antes de que las cámaras comenzaran a rodar la primera entrega. Son las mejores exponentes del nuevo género negro sueco: thrillers oscuros protagonizados por personas solitarias y atormentadas en ambientes decadentes en un país, Suecia, que mostraba su lado más sucio e inmoral en cada esquina.
En ellas, la hacker Lisbeth Salander acepta colaborar con un periodista de la revista Millenium para resolver una desaparición, lo que llevará a ambos a caer en una espiral de conspiraciones, asesinatos y falsos culpables que ocupa las páginas de la saga.
La trilogía de películas suecas de Millenium ocupan las tres primeras novelas de la saga, las tres que escribió Stieg Larsson antes de su fallecimiento. 'Los hombres que no amaban a las mujeres', 'La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina' y 'La reina en el palacio de las corrientes de aire'. Las tres protagonizadas por Rapace y las tres rodadas consecutivamente.
Rapace pasó dos años embutida en el cuero de Lisbeth Salander.
Dejar atrás al personaje
No es fácil entrar en la mente de Lisbeth Salander, pero es aún más complicado salir de ella, y así lo asegura la propia actriz.
En una entrevista declaraba que "Lisbeth se ha llevado una parte de mi vida y de mi corazón. He vivido dentro de ella durante dos años y cuando se acabó el rodaje de la tercera entrega comencé una experiencia traumática. Me pasaba el día vomitando y andando como una zombie, no sabía si era Noomi o si era Lisbeth. Más tarde comprendí que los vómitos eran parte del exorcismo para librarme de ella, la manera de sacarla de dentro de mí."
Cuando se le pregunta por retomar al personaje en algunas de las novelas que quedaron sin adaptar, Rapace es categórica: "No, he acabado con ella. Y para bien. La he superado y no me gusta repetir. Ni siquiera he leído las novelas que no hemos adaptado".
Desde su participación en la saga Millenium Noomi Rapace ha conseguido trabajar con alguno de los mejores directores del momento, desde el Ridley Scott de 'Prometheus' al Guy Ritchie de 'Sherlock Holmes, Juego de Sombras', donde casualmente (o no) interpretaba a una pitonisa de etnia gitana, como su padre biológico.
Sábado 20 de marzo a las 22:34
Viernes 26 de marzo a las 00:44
Manuel Varela
Redactor web
