Este lunes 25 de noviembre celebramos el Día Internacional contra la Violencia de Género. Una lacra que parece salir de tiempos más oscuros pero que sigue viva y coleando en la actualidad pese a los esfuerzos.
La educación y la concienciación han servido para algo y estos hechos atroces, que en el pasado quedaban en casa y tapados por maquillaje, se denuncian en España cada vez más. Mientras a principios de esta misma década se denunciaban poco más de 30.000 casos al año, el año pasado se llegó a alcanzar la cifra de 44.000, y este 2019 la cifra va a estar muy cerca de esta.
Una epidemia que tiene un claro culpable, aquellos hombres que se sirven del maltrato para dominar a una persona. Pero eso no significa que el resto hayamos de quedarnos quietos ante semejante epidemia.
La denuncia al agresor no significa inmediata salvación, pero con las cifras en la mano entenderemos que es un paso importantísimo para acabar con la injusticia.
De las 51 víctimas mortales a manos de sus parejas del presente 2019, 40 no habían presentado denuncia anterior, y 36 de ellas seguían conviviendo con él o manteniendo la relación activa.
Llevamos tres años con números cercanos a las cincuenta víctimas mortales por agresiones de género. Un número triste incluso cuando lo comparamos con los correspondientes de hace más de una década, en los que rondábamos las 80 mujeres asesinadas por sus parejas en España. Mujeres que no son las únicas víctimas de las agresiones, pues alrededor de 40 niños al año se quedan huérfanos por culpa de esta epidemia de violencia.
La Justicia también toma cartas en este asunto. Al inicio de la década solo un 60% de los acusados por violencia de género eran condenados, un número que ha llegado a superar el 70% en este año 2019.
Hemos de saber como sociedad que la víctima del maltrato no es la única persona que puede interponer la denuncia. De las 40.495 denuncias presentadas en el segundo trimestre de 2019, un total de 801 fueron presentadas directamente por la víctima en el juzgado; 493, por familiares de la víctima; y 1.164, por terceros. La mayor parte corrieron a cargo de atestados policiales (34.297) o mediante partes de lesiones directamente en el juzgado (3.740).
No hace falta levantar la mano ara convertirse en agresor. Muchos violentos optan por agresiones verbales, entre las que se encuentra la negación de la realidad, amparándose en que muchas de estas denuncias acaban siendo falsas. Una gran mentira. De las 135.540 denuncias que se han presentado este año, tan solo 11 han resultado ser falsas, los que nos lleva a un porcentaje que no llega al 0,01%. Una cifra que no vendrá mal aprenderse para callar alguna que otra boca.
Estas son las cifras de este año. Esperemos tener mejores noticias dentro de doce meses.
Redacción COSMO
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