El corte shag (de la palabra inglesa shaggy que significa despeinado), popularizado por
Jane Fonda y
Meg Ryan en tiempos pretéritos y por
Taylor Swift y
Alexa Chung más recientemente, ha vuelto a ser uno de los cortes más demandados este verano. Hecho para rizosas hartas de pelear con las planchas, para mujeres con melena ondulada y sin ganas de aplicar calor en verano a su melena y, sencillamente, para amantes de un estilo informal y con volumen… el
Shag que triunfó mucho en los 70, 90 y 2015, ha vuelto en el verano 2018. Con una textura renovada y más actual, olvídate ya de la melena de
Meg Ryan en su célebre escena fingiendo un orgasmo en plena cafetería en
‘Cuando Harry encontró a Sally’. Ha cambiado un poquito.
Actualmente las capas son bastante más finas y cortas que en sus versiones anteriores. Para tener una referencia clara fíjate en cómo lo lleva
Steffy Argelich.
Versión Morrison, un poco más cortito
Con un toque más Paris chic según va creciendo
Un Shag lleno de volumen y personalidad
También queda ideal con accesorios
Dado que se trata de un corte de pelo muy despeinado y con muchas capas, aunque parezca sencillo, es imprescindible conocer muy bien su técnica para que quede perfecto. El shag o shaggy es perfecto para las caras ovaladas (que ya sabes que pueden con cualquier corte) y alargadas porque equilibra y suaviza sus rasgos. Si además de cambiar el corte quieres animarte a hacer un tono diferente las mechas baby light son una buena combinación para el shag, aportando brillo.
Redacción COSMO
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