Halloween o
Jaloguin. Como todo en esta vida, esta fiesta tiene sus defensores y detractores. Por un lado están aquellos que cuentan los días para la llegada de esta festividad y disfrazarse, decorar la casa con calabazas y telarañas y rendirse ante los encantos de toda esta parafernalia terrorífica, y los que piensan que esto es una
americanada que no merece tal celebración en España. Seas del bando que seas, te vamos a explicar las
razones y mitos que han hecho de
Halloween toda una festividad.
Comenzemos desmintiendo el gran mito: Halloween es una fiesta inventada por los americanos,
¡mentira! Las
raíces de Halloween, que literalmente significa la Víspera de Todos los Santos,
se remontan al siglo VII o VI a.C, cuando
los Celtas, justamente
el 31 de octubre, celebraban el Shamahin, cambio de año.
Shamahin era el Dios de la muerte, y es en estas festividades se realizaban rituales y festividades en honor a Shamahin, marcando el inicio del decaimiento, lo frío, la muerte y el invierno. Ellos creía que el dios de la muerte, permitía a los muertos regresar a la tierra solo por esa noche, a visitar a sus familiares. Los
celtas se disfrazaban con trajes horribles, y juntos caminaban para estar con los espíritus y creían que estos trajes (disfraces) los ayudaba a sentirse mas seguros junto con los espíritus. Si cuando
llegaban las almas a las casas, no hacían un trato con ellas, estos les harían alguna
maldad o travesura. Y justo de ahí
nace otro mito de Halloween,
el famoso dicho que dicen los niños para pedir dulces: "
Dulce (trato) o travesura".
Varios años después, los inmigrantes irlandeses que llegaron a las costas norteamericanas introdujeron Halloween en Estados Unidos, donde rápidamente se transformó en una gran fiesta popular y comercial a la que se le agregaron todo tipo de elementos relacionados con el terror: brujas, fantasmas, duendes, vampiros, zombis, momias y monstruos.
Que te den calabazas, ya sea literalmente o en sentido metafórico, no gusta a nadie. Y es que otra cosa no, pero en Halloween hay calabazas por doquier. Cuenta la leyenda que, debido a su maldad extrema, un hombre irlandés llamado Jack no mereció un lugar ni en el cielo ni en el infierno cuando murió. Su espíritu se vio obligado a vagar por el mundo implorando la entrada en uno u otro sitio. Se manifestaba portando una calabaza hueca con una vela dentro y éste fue el símbolo más representativo desde entonces de la noche de Halloween.
Redacción COSMO
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