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El arte de pesuadir

26/06/2020
Saber comunicar es todo un arte , hay quien ya llega a este mundo con labia, seguridad y poder de persuasión. La buena noticia para los que no nacimos con este don, es que se puede entrenar.

Si quieres convencer, empieza por creerte tú mismo lo que quieres transmitir. Persuadir es lograr que alguien haga lo que tú quieres convencido de que quiere hacerlo él.

Conseguir inclinar la balanza a tu favor no tiene por qué implicar mangonear, no deberían ser sinónimos. Puede que signifique lo mismo pero seguro que prefieres permitir que te seduzcan a dejarte manipular.

Si insistes mucho se te puede ver el plumero y si tus argumentos son pobres puedes lograr el efecto contrario. 
Cuando alguien es consciente de que le quieren dirigir tiende a cerrarse en banda, a no escuchar y a reafirmarse en su postura, aunque no tuviese ninguna clara hasta entonces.
Los psicólogos, que le ponemos nombre a cualquier cosa que tenga que ver con el comportamiento humano, a este tipo de respuesta lo llamamos reactancia. 

Ponte en los zapatos de quien va a recibir tu mensaje y  busca los motivos que puedan hacerle tu idea atractiva.  Trata de conectar emocionalmente con las personas a las que quieres llevar a tu terreno. 
Sé empático, admite que hay opiniones diferentes a las tuyas y que tanta razón tienen ellos como tú.


La mejor improvisación es la que está preparada, así que si quieres llamar la atención trabaja en tu discurso desde el principio. Empieza por conectar con tu público, comunica lo que sientes, emociónate y emociónale. A las personas nos llegan más los sentimientos que la razón.

No trates de convertirte en quien no eres, la gente conecta muy bien con la autenticidad. Si quieres llegar a alguien, utiliza su lengua, para hablar el mismo idioma necesitas escuchar.

El lenguaje verbal es muy potente, no es lo que dices sino como lo transmites. Usa un idioma sencillo y ten en cuenta que las frases enunciadas en positivo son mucho más atractivas que las que incluyen un “no”.
“Por favor” y “gracias” son palabras mágicas y no tienen efectos secundarios si se usan con naturalidad.
“Imagina” es una palabra poderosísima y el “pero” es un borrador universal que se carga de un plumazo toda la primera parte de la frase.

“Te acompañaría pero no tengo tiempo”, “Te quiero pero prefiero que nos demos un tiempo ¿A tí qué mensaje te llega?

Transmite con entusiasmo, se contagia tan rápido como el mal rollo o la imposición. Mira a los ojos de la persona que te escucha y llámala por su nombre, no hay nada que nos suene mejor.

Cállate un ratito, observa si tienen algo que decirte y sí, aunque le eches muchas ganas, asume que no le vas a gustar a todo el mundo. Ten empatía con quien no piense como tú, permite opiniones distintas a las tuyas, acepta que no siempre se gana pero también que no siempre se pierde.

Lo cierto es que persuadir es un arte, no te compares ni quieras emular a otros. Cree en lo que trasmites y busca la forma de llegar a los demás. La seguridad en uno mismo y el buen rollo son contagiosos. 

Comunica tu propuesta maravillosa, no dudes en transmitir tu emoción y sonríe, porque te sale.

Busca conectar con todo tu ser, tus movimientos y tus gestos dicen mucho más que tus palabras.
Estírate, saca tu mucho o poco pecho y crece. Una postura correcta transmite seguridad a los que te escuchan pero primero consigue empoderarte a ti mismo.

Venga, desde ya todos con la autoestima a tope y la barbilla bien alta. Empecemos por seducirnos a nosotros mismos, convencer a los demás vendrá rodado.



 

Ingrid Pistono
Ingrid Pistono, licenciada en Psicología con Máster en Psicoterapia del Bienestar Emocional.


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