Olvida las bebidas deportivas, las barritas energéticas y las dietas milagro. Si hay un alimento que obre como aliado a la hora de hacer ejercicio esos son los frutos secos.
Antes de nada, una aclaración. No hablamos aquí de seguir una dieta estricta para complementar nuestras horas de gimnasio, sino de una ingesta anterior al ejercicio para tener la energía para encarar un buen rato de ejercicio. La gasolina, por así decirlo, necesaria para rendir bien durante el cardio o la musculación
Para estar a tope antes de entrar al gimnasio, nuestro cuerpo requerirá de algo de grasa, carbohidratos y sobre todo proteínas.
Y no existe alimento más indicado para ello que nuestros viejos amigos los frutos secos. Veamos algunos de sus muchos beneficios en nuestro cuerpo.
Los frutos secos son saciantes, lo que quiere decir que podremos disfrutar de sus propiedades positivas sin sentirnos llenos y con la incomodez propia de un estómago lleno.
Son ricos, especialmente las nueces, en Omega-3. Un ácido graso que nos da energía y fortalece la salud de nuestro cerebro y nuestro corazón. El Omega-3 actúa además como antiinflamatorio, muy necesario si nos vamos a dar caña y estamos expuestos a problemas en nuestras articulaciones.
Las avellanas son otro claro ejemplo de grasas no saturadas. Ayudan a evitar que se presente la fatiga en nuestro estómago y además favorecen la formación de glóbulos rojos, lo que beneficia enormemente a la circulación de la sangre, y de calcio, que fortalece nuestros huesos.
Las proteínas y carbohidratos que nos ofrecen tienen una doble función. Antes del ejercicio nos proporcionarán la energía necesaria para enfrentar cualquier reto físico. Y al terminar nuestra sesión nuestros músculos tardarán menos tiempo en recuperarse y tendremos menos probabilidades de sufrir las incómodas agujetas al poseer
propiedades antioxidantes.
Estas proteínas vegetales se distinguen de las animales porque no presentan colesterol, convirtiéndolas en el combustible perfecto para ejercitarnos sin temor a gastar toda nuestra energía pero sin sentirnos llenos.
Si además incluyes pistachos
en tu dieta te beneficiarás de su alto contenido en zeaxantina, un carotenoide que ayuda a prevenir la degeneración molecular, lo que nos dará un aspecto más fresco y joven.
Por supuesto, no vale con que engullamos un puñado de frutos secos cuando estemos atravesando las puertas del gimnasio o del parque. Para que los efectos de los frutos secos se noten en nuestro cuerpo lo ideal alrededor de una hora antes de nuestra sesión de ejercicio.
Es además recomendable, y delicioso, combinarlos con otros alimentos como la fruta o el yogur. así que buen provecho y buen ejercicio.
Manuel Varela
Redactor web