La de este año es una Semana Santa atípica. Aquellos que disfrutan normalmente de procesiones religiosas o los que aprovechan los días libres para viajar han visto frustrados sus planes por culpa de la cuarentena, pero eso no quiere decir que no podamos disfrutar de otra de las tradiciones de esta semana: las torrijas.
Una tradición que se remonta nada menos que al siglo I Después de Cristo, la razón por la que este delicioso postre está ligado a la Semana de Pasión.
Los historiadores han trazado el origen de las torrijas en la publicación en ese siglo del libro De re coquinaria escrito por el autor romano Marco Gavio Apicio durante el reinado del Emperador Tiberio, pero también sabemos que sus recetas fueron retocadas durante los siglos posteriores.
El nombre de estas primigenias torrijas era aliter dulcia que en latín significa 'otro dulce'. Una receta tan simple como remojar el pan en leche a la que posteriormente se le fueron añadiendo ingredientes. Tan simple que los historiadores no se ponen de acuerdo en si todas las variedades posteriores de torrijas tenían su origen en esos aliter dulcia o si cada aficionado a la cocina de cada país había llegado solo a la conclusión de que el pan remojado en leche es delicioso.
El postre se convirtió en tradición en distintas culturas y llegada la Edad Media se las conocía por diferentes nombres según la región: sopa dorada, pan perdido, tostas de oro...
En el siglo XIV vuelven a aparecer en un libro de recetas: el del cocinero francés Guillaume Tirel y esa receta fue refinada un siglo más tarde por el mayor gastrónomo europeo del S.XV, el Maestro Martino da Como, al que se conocía como El Príncipe de los Cocineros.
En España no leeríamos sobre las torrijas en un libro de recetas, sino en uno de poemas. Aparecen mencionadas en la obra del autor Juan del Encina en el siglo XV.
Las llamadas 'torrejas', con e, estaban especialmente indicadas para las mujeres que acababan de dar a luz, pues se creía que su consumo aumentaba la cantidad y calidad de la leche materna. Un siglo más tarde su nombre cambia oficialmente a torrijas y se incluyen ingredientes como la canela, el azúcar o la miel.
¿Por qué las torrijas son un plato típico de la Semana Santa? Esta es una época en la que las personas religiosas no comen carne, y se aprovechaba el pan de ayer remojándolo en leche para acabar con el hambre de estos días de Pasión. Este hecho se acabó convirtiendo en tradición pues todos los ingredientes necesarios para su elaboración están permitidos para los creyentes.
Por esta misma razón es en esta época donde nace la costumbre de remojar el pan en vino en lugar de leche, simbolizando así el cuerpo y la sangre de Cristo que se consume durante la Comunión.
La tradición se mantuvo durante los siglos posteriores pero también comenzamos a consumirlas en cualquier otra época del año por el simple hecho de que están deliciosas. Además, puedes elegir entre multitud de recetas,
incluso torrijas saludables al horno.
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Redacción COSMO
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