Durante toda nuestra vida hemos acostumbrado a nuestro cuerpo a seguir unos determinados ciclos de sueño. La mayoría de nosotros madrugaba para atender responsabilidades, pero todo esto se ha ido al traste con el estado de alarma debido al CoVid-19.
En estos días de cuarentena lo normal es no caer en los brazos de Morfeo hasta altas horas en la madrugada, lo que nos lleva a despertarnos bien entrada la mañana comenzando de nuevo un ciclo de 24 horas al que nuestro cuerpo se ha acostumbrado muy rápido.
Si temes que, cuando vuelva la rutina, te cueste volver a horarios más normales, he aquí una serie de datos a tener en cuenta para no alterar demasiado nuestra calidad de sueño mientras dure la cuarentena por Coronavirus.
¿Por qué nos afecta a todos? Por un lado es natural estar en un estado de nerviosismo continuo por la situación actual. Nadie había vivido en un estado de alarma como este y podemos llegar a temer por nuestra salud y por la de nuestra familia y seres queridos. Es un pensamiento que flota por la cabeza de todos y puede hacer que nos desvelemos, alterando dramáticamente nuestro horario.
Por otro lado, como es lógico, está el confinamiento en casa.
Salvo que tengas la suerte de tener un gimnasio en casa, la gran mayoría de ciudadanos no se mueve lo suficiente como para cansar nuestro cuerpo en estos días de cuarentena. Al no gastar esa energía nos costará más conciliar el sueño llegada la noche.
Muchas familias en casa han cambiado sus horarios durante estas semanas. Levantarse más tarde de lo habitual, desayunar más tarde, comer más tarde... Los expertos aconsejan que, aunque nos cueste, volvamos a un horario parecido al que teníamos antes del estado de alarma. Solo hace falta alterar una actividad, como almorzar, para que el horario de todo el día se descoloque, así que es recomendable volver a poner el despertador aunque no tengamos obligaciones que cumplir.
Decíamos antes que aquellas personas que tengan gimnasio en casa lo tienen más fácil pero lo cierto es que, por muy pequeña que sea nuestra casa, siempre
podemos encontrar alguna disciplina que no requiera mucho espacio para desarrollarse. Desde aerobic o gimnasia a yoga o todo tipo de rutinas que contengan flexiones, abdominales, sentadillas...
¿Qué hay de nuestro cerebro? Por muy cansados que estamos físicamente es posible que no lleguemos a conciliar el sueño porque nuestro cerebro está fresco como una lechuga. Es recomendable
entregarse a la lectura. Cualquier tipo de lectura, pero al menos una hora al día. Si ya usamos este tiempo para aprender
una nueva actividad, idioma, pasión, oficio o vocación nuestro cerebro se dará por satisfecho y nos dejará dormir en paz.
Ni que decir tiene que, aunque no gastemos mucha energía durante el día, sigue siendo imprescindible dormir al menos siete horas al día para mantenernos enteros.
El agobiante ritmo de vida que llevamos normalmente crea mucho contraste con la situación actual. Es normal sentir una extraña y ajena culpabilidad por no hacer nada productivo durante el día. Tenemos que quitarnos esa idea de la cabeza pues puede perjudicarnos más allá de la calidad de nuestro sueño. Es una situación excepcional y casi todo el planeta se encuentra ligado a ella. La mejor manera de sobrellevarlo es entender esto, encogernos de hombros y disfrutar en la medida de lo posible de estas semanas de descanso. La culpa no tiene lugar en esta situación.
Y dicho esto, felices sueños.
Manuel Varela
Redactor web
