Hace unos días vivimos el que según la ciencia es el día más triste del año. Por supuesto, esto es subjetivo, pero se elige este día por ser el más lejano a días festivos, el más gris climatológicamente hablando y, claro, por ser un lunes.
Todos estos factores hacen que nos sea difícil desconectar de los problemas, algo que es usual durante el transcurso del año, si exceptuamos los días que conseguimos huir de la monotonía gracias a las vacaciones.
Desconectar de lo que nos preocupa es una tarea necesaria para aquellas personas que quieran disfrutar de paz mental y una mente equilibrada. No hacerlo nos puede reportar multitud de problemas, desde los relacionados con la mente (ansiedad, frustración, falta de sueño...) a los ligados a nuestra salud física (dolores de cuello y espalda, tensión, problemas de corazón...).
Muchos de estos problemas nos atacan cuando somos más vulnerables: en el momento en que nos metemos en la cama y estamos a solas con nuestros pensamientos. He aquí una pequeña serie de consejos para evitar que el estrés y los problemas nos impidan disfrutar de una buena noche de sueño.
Apagando las luces. Tenemos que crear una atmósfera en nuestro dormitorio que nos aisle de los problemas.
Empezando por desconectar todos los aparatos electrónicos que tengamos a la vista. Está demostrado que el simple brillo rojo de los LED de nuestros gadgets pueden enturbiar nuestro descanso, por lo que es recomendable apartarlos o desconectarlos.
El sonido del silencio. La recomendación más lógica en cuanto a acústica es crear un ambiente que permanezca en absoluto silencio durante la noche. Pero esto no va a funcionar en todos los casos. Quizás vivas en una parte de la ciudad excesivamente ruidosa o seas una persona que se desvele con cualquier crujido. Una opción válida son los sonidos de ASMR: Autonomous Sensory Meridian Response, que en español significa "Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma". Un nombre excesivamente complejo para describir esos vídeos, fácilmente localizables en YouTube, que ofrecen un sonido monótono y constante que "tapa" el resto de ruidos en nuestro ambiente. Desde el relajante ir y venir de las olas del océano hasta los sonidos de la tormenta, seguro que encuentras el que te reporte la relajación necesaria para sumergirte en el sueño.
Cóncentrate en el ocio. Nada más aconsejable para olvidar nuestros problemas que concentrarnos en los de otra persona. No queremos ser malos aquí: nos referimos a los problemas de los protagonistas de una buena novela o los de una serie de TV o película. No es aconsejable dedicar estos últimos minutos del día a meternos en una ficción que nos absorba del todo, sino de cualquier entretenimiento ligero lo suficientemente pasable para distraernos pero no tan interesante como para mantenernos desvelados. Y obviamente, apaga los aparatos electrónicos con tus últimas fuerzas del día.
Forzar el cansancio. El ejercicio físico es un aliado para todos los aspectos de nuestro día a día, incluido esas horas que pasamos en el reino de Morfeo. Todo problema que nos acose a la hora de ir a dormir será sofocado por nuestro cansancio físico tal y como el fuego sofoca el agua. No hace falta machacarnos en el gimnasio, solo un poco de movimiento cada día.
Sales e infusiones. No todo el trabajo que debemos hacer para relajarnos debe ser mental. Agentes externos como una buena infusión nos ayudarán a entrar en un estado de calma ideal a la hora de meternos en la cama. Si los problemas persisten, un agradable baño en las últimas horas del día puede ayudarnos muchos. Y más si lo combinamos con las muchas sales de baño que encontramos en el mercado. Puedes combinar tu tiempo en el baño con alguno de los otros conejos de esta lista (sonidos relajantes, un buen libro o una iluminación tenue).
Buenas noches y dulces sueños.
Redacción COSMO
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