Lamentablemente, la represión machista hacia las mujeres es algo que se vive en cada esquina del globo. Ya sea por imposición de hombres que creen vivir en épocas pasadas, por leyes políticas injustas o por creencias religiosas, millones de mujeres en este planeta son oprimidas a diario por aquellos que se sienten superiores por el mero hecho de haber nacido varones.
Pero el avance del movimiento feminista durante las últimas décadas (siglos) está a punto de derribar algunas barreras que en estos países se creían imposibles de derribar.
La cultura asiática es diferente a la occidental. Debido a un mayor recogimiento, a una mayor introspección y a la falta de costumbre de airear problemas personales, puede ser una cultura en el que injusticias machistas se camuflen como tradiciones.
Y dentro de la cultura asiática, la mujer sirve en ciertas ocasiones de elemento decorativo y poco más. Muñecas vivas cuyo objetivo es hacer bulto en postales por otro lado preciosas.
Tradición sí, pero ¿a qué precio? Uno de los peajes que la mujer asiática tiene que pagar para participar en estas tradiciones es su comodidad, ya que al valer solo como recurso estético, poco se piensa en lo que esa mujer pudiera estar sintiendo.
Y por alguna razón, llamémosle una vez más tradición, los pies de las mujeres suelen ser los principales perjudicados en este asunto. Según las creencias, la mujer ha de tener unos pies pequeños para poder encontrar pareja. Esto lleva por ejemplo a mujeres chinas a vendarse los pies desde muy jóvenes para "orpimir" su crecimiento, lo que lógicamente derivaba en deformidades, problemas vitalicios y una existencia de puro dolor. Simplemente por estética.
Sus vecinos japoneses no vendan los pies, pero los kimonos ceremoniales obligan a las mujeres japonesas a andar con las puntas de los pies mirándose una a la otra, lo que se denomina "postura uchimata". Tras años de costumbre esta postura deriva en un cambio total de nuestras extremidades inferiores, obligando a las puntas de los pies a mirarse entre ellas al andar, trayendo los lógicos problemas musculares y de huesos. Todo por seguir los estándares de belleza japoneses. Simplemente por estética.
Y aunque la postura uchimata no es una práctica obligatoria en las mujeres japonesas, sí es cierto que en la mayoría de los ambientes laborales del país nipón las mujeres están obligadas por contrato a seguir unas reglas de vestimenta cuando acuden a sus centros de trabajo. Y en una cultura que impuso la postura uchimata a las mujeres en el pasado, el zapato de tacón es una prenda obligatoria en gran parte del mercado laboral actual de Japón.
Como decíamos más arriba, tradición sí, pero no por el precio del sufrimiento de la mitad de su población. Estamos ante una excelente noticia, pues incluso en un país tan aferrado a sus costumbres como es Japón, las cosas pueden cambiar.
Yumi Ishikawa, una actriz y modelo japonesa de 32 años comenzaba recientemente en las redes sociales una campaña para visibilizar el sufrimiento físico ligado al uso de tacones a diario.
"Espero que algún día las mujeres podamos liberarnos de la costumbre de tener que llevar tacones al trabajo", escribía la actriz, que acabaría creando el hashtag "#KuToo", una fusión entre "kutsu" (zapato, en japonés) y "kutsuu" (dolor) y que hace referencia al "#metoo" (o "yo también"), la etiqueta que está ayudando a visibilizar la desigualdad entre ambos sexos por todo el planeta.
Ishikawa recibió una avalancha de mensajes de mujeres del país, uniéndose a su causa y demostrando con fotografías los estragos que una vida atada a unos zapatos de tacón pueden hacerle a nuestros pies. La actriz ha comenzado
una campaña en Change.Org para que las empresas cambien sus reglas de etiqueta a la hora de vestir, y dejen de imponer el uso de incómodo calzado solo para ellas.
A raíz de esta campaña muchas empresas niponas están haciendo examen de conciencia y están comenzando a desprenderse de esta regla.
El movimiento feminista está consiguiendo no solo librarse de ridículas tradiciones dañinas para las mujeres. Muchas de estas empresas no solo han decidido dejar el zapato de tacón como una opción y no como una norma, sino que esta iniciativa ha conseguido también que en muchas empresas japoneses los hombres ya no tengan la obligación de acudir a su puesto de trabajo encorsetados en trajes de chaqueta y corbata. Un "casual friday" a nivel nacional que va a hacer que los trabajadores nipones, no importa su sexo, puedan pasar una jornada sin restricciones, incomodidades y la tortura de unas prendas de ropa cuyo fin es "quedar bonito" en lugar de cómodo.
Nos encanta Japón y nos encanta la cultura japonesa. Nos encanta aún más que se desprendan de tradiciones que causaban más mal que bien a sus practicantes y que imponían a las mujeres un rol más decorativo que otra cosa. Si una cultura tan estricta y milenaria como la japonesa puede hacer eso, cualquier cultura puede. Cualquier barrera podrá derribarse.
Para celebrar este movimiento, puedes disfrutar de la emisión de
Sol Naciente, la historia de dos hombres occidentales (Sean Connery y Wesley Snipes) adentrándose en el corazón de la cultura japonesa para resolver un crimen. Una intriga ideal para disfrutar con sushi e incienso.
Domingo 17 de Marzo a las 23:38
Martes 19 de Marzo a las 08:43
Viernes 12 de Abril a las 22:05
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Redacción COSMO
Noticias escritas por el equipo de redacción de COSMO.