Conforme el año va avanzando se nos van olvidando aquellos propósitos que hicimos en Nochevieja para encontrarnos mejor con nosotros mismos. Es posible que uno de esos propósitos sea el de mantenernos en forma y es más posible aún que nos hayamos olvidado de ello por cualquier razón.
Para aquella persona que no está acostumbrada a hacer ejercicio la idea de salir a correr cada día le puede parecer un mundo. Y es algo normal, pues no podemos pasar de la total inactividad a convertirnos en unos habituales del circuito running.
Pero donde hay voluntad hay un camino, y existe un perfecto punto medio para aquellos que aún no se sienten capaces de trotar profesionalmente. De hecho, es un método tan efectivo que muchos expertos en salud afirman que si seguimos sus reglas no nos hará falta apretar el paso para ponernos en forma.
Hablamos del Power Walking, una técnica que lleva perfeccionándose 20 años. Pero no, no se trata únicamente de salir a andar.
Hay que seguir unas reglas si queremos que nuestro esfuerzo sea efectivo y se note en nuestras carnes.
El Power Walking tiene más en común con la disciplina deportiva de Marcha que con una caminata normal. Para hacerlo correctamente no solo debemos poner atención en la intensidad del ejercicio, también en la postura que mantenemos mientras lo realizamos.
¿Cuál es esa postura? Debemos mantener el tronco recto con el pecho algo sacado, los hombros hacia atrás y la cabeza erguida y los pies en continuo movimiento, con la condición de tener en todo momento al menos uno apoyado en el suelo. El Power Walking solo funcionará cuando mantengamos una intensidad alta en nuestra caminata.
Los expertos coinciden en que para empezar a notar los resultados pronto deberemos mantener esta marcha al menos 30 minutos al día, o 150 a la semana que podremos repartir a nuestro gusto, aunque lo ideal es separarlos en sesiones de igual duración. Independientemente de los efectos en nuestro exterior, sabemos que las personas que realizan un ejercicio de esta intensidad tienen un 20% menos de posibilidades de morir por alguna enfermedad relacionada con el corazón que aquellos que no.
Una de las ventajas que el Power Walking tiene sobre la actividad de correr o running es la cuidar más nuestras articulaciones. Mientras que el trote que hacemos cuando corremos puede acabar dañando a nuestras piernas en cada impacto de cada zancada, el movimiento menos explosivo de caminar hará que tengamos menos dolencias relacionadas con nuestras articulaciones incluso tras una larga sesión. Tampoco necesitaremos de un equipamiento especializado, con un simple chándal, ropa cómoda y un calzado adecuado para andar nos vale.
¿Más ventajas? Unos huesos y un corazón más fuertes, una reducción de la grasa abdominal de un 20% después de solo dos semanas y menor riesgo de infarto. Además, el Power Walking está especialmente indicado para aquellas personas que sufran de depresión o tengan un estado de ánimo bajo, pues libera endorfinas en nuestro cerebro y nos hace encarar los problemas venideros con más ánimo.
Ya no nos quedan excusas para ponernos en forma. Si quieres paz mental y un físico mejor, hay que empezar a sudar, como decían en la mítica academia de la serie
Fama, cuyo remake cinematográfico estrena Cosmo esta misma semana. ¡Prepárate!
