El Mago de Oz no es sólo un maravilloso cuento infantil o juvenil con personajes fantásticos y villanos temibles. El Mago de Oz no es sólo parte de la historia de los Estados Unidos, sino que es reflejo de esa misma historia y los temas de los que habla no se limitaba las aventuras de Dorothy por esta tierra encantada, sino que esconde importantes temas políticos y sociales que nos cuentan el estado de un país en un periodo muy concreto.
El año es 1900 y Estados Unidos le está quitando a Inglaterra el título de país más poderoso del mundo. Y precisamente cuando estaba mostrando todo su poderío, el país americano entró en crisis debido a que los estados del sur (entre los que se encuentra Kansas) debían mucho dinero a los estados del norte. Y por aquel entonces tanto la deuda como la riqueza se medía en una unidad llamada "patrón oro".
Así, los estados del sur vivían en la pobreza mientras a los del norte les iba bastante bien gracias a los cobros de esta deuda, como decimos representada por la onza de oro.
Esta unidad de medida, la onza, tiene una abreviatura: Oz.
En este cambio de siglo también asistiríamos a un movimiento populista centrado en los trabajadores que más tarde se convertiría en el partido demócrata en oposición a los capitalistas republicanos.
El escritor Lyman Frank Baum, autor del libro, quiso plasmar en su historia no sólo el divertido y emocionante viaje de Dorothy por Oz, sino que escondería unos temas políticos en su interior para todo amante de las dobles lecturas. Veamos cómo.
En el libro conocemos a Dorothy, una niña de la pobre Kansas que se ve trasportada por un tornado, casa incluida, al país de Oz. El impacto de su casa contra el suelo acaba con la vida de la malvada Bruja de Este, metáfora de los ricos estados del norte y de Wall Street, que tiene esclavizados a los habitantes del país, y que representan a los ciudadanos de clase media y baja de EEUU.
Y así, la pequeña Dorothy se convierte sin querer en una revolucionaria, en una liberadora de esclavos y en una guía.
A lo largo de su camino la protagonista se encuentra con tres amigos que representan a tres clases que se vieron desfavorecidas por la crisis de Estados Unidos. El Espantapájaros está hecho a imagen de los granjeros del país, pobres y endeudados y sin la capacidad intelectual para entender el origen de sus males. El Hombre de Hojalata es el trabajador industrial y del acero, igualmente perjudicado. El León Cobarde sería la metáfora de todo político que se oponía a la deuda que los estados del sur tenían con los del norte, y su falta de valentía para imponerse a los acreedores y defender a los suyos.
Nuestro grupo de héroes viaja a la ciudad Esmeralda, que sería el equivalente a
Washington, capital del país y culpable, a los ojos de los sureños, de todos sus males, para hablar con su más alto mandatario, el
Mago de Oz, o Presidente de los EEUU en su equivalente real. Y por supuesto, se desplazan por un camino de baldosas amarillas que representa ese oro, esa deuda.
Una vez en la capital los protagonistas confirman la sospecha de que el Mago de Oz no es más que un fraude, un vendedor de humos, y que todos los problemas de los habitantes del país se deben a la incompetencia de su líder. Dorothy obliga al Mago a cumplir los deseos de sus compañeros y devolverla a su hogar, Kansas, donde las cosas comenzarían a ir mejor.
Lo genial de esta historia es que puedes ignorar completamente sus metáforas políticas y disfrutar de uno de los mundos de ficción más imaginativos que se han creado jamás, pero es maravilloso saber que nuestra pequeña Dorothy era toda una revolucionaria que no se detuvo hasta conseguir justicia para su pueblo.
Desde entonces se han hecho multitud de versiones de la obra, incluyendo la que Cosmo te propone:
Emerald City, una reinterpretación del cuento que trae la historia hasta nuestros días.
No te pierdas el primer capítulo el viernes a las 20:37.
Redacción COSMO
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