La
mujer que nos inspira esta semana es la diseñadora de alta costura
Coco Chanel.
Nació el 19 de agosto de 1883 en la Casa de Caridad en Saumur (Francia), un entorno pobre. Hija de
Albert Chanel y
Jeanne Devolle. Su verdadero nombre era
Gabrielle Chanel porque Coco era un pseudónimo.
Está considerada
una de las cien mujeres más influyentes en la lista publicada por
‘Time’.
Era la segunda de cinco hermanos. Asistió a la boda de sus padres porque se casaron años después de su nacimiento. La relación entre ellos no era sana, Albert Chanel exigía a su mujer trabajar al máximo a pesar de su enfermedad, bronquitis. En 1895, Jeanne Devolle, con 33 años, apareció muerta.
Gabrielle, Coco Chanel, vivió en el orfanato romano de Aubazine, porque tras la muerte de Jeanne, su padre internó a todos hijos y no volvió a verlos. “Durante mi infancia solo ansié ser amada. Todos los días pensaba en cómo quitarme la vida, aunque, en el fondo, ya estaba muerta. Solo el orgullo me salvó”, dijo en alguna ocasión. Dura y difícil infancia de la diseñadora.
Su pasión por la costura empezó a los 21 años, aprendió a hacer sombreros. Se convirtió en una de las modistas más innovadoras durante la Primera Guerra Mundial, creó una línea de ropa informal, sencilla y cómoda. Coco Chanel fue considerada una diseñador a de bolsos, perfumes, sombreros y joyas, aunque sobre todo por su famoso traje sastre femenino de tweed que se convirtió en un icono de la elegancia femenina y su perfume Chanel Nº 5.
Triunfó como empresaria en la década de 1910 hasta que su reputación se vio afectada por su colaboración con la Gestapo durante la ocupación alemana e Francia en la Segunda Guerra Mundial. El documental francés, ‘La sombra de una duda’, cuenta que la diseñadora espío para la Alemania Nazi según documentos localizados en el Ministerio de Defensa galo. Algunos de sus diseños fueron para el cine: confeccionó ropa para Gloria Swanson en ‘Tonight or Never’ (1931), Ina Claire en ‘The Greeks Had a Word for Them’ (1932). Terminó rechazando diseñar para las películas norteamericanas y trabajar con los franceses.
Otra de sus pasiones era la música, cuando la invitaron a un café-concierto, en el café La Rotonde de Moulins, quedó tan impresionada que quiso dedicarse al canto. Consiguió un contrato, a pesar de que no cantaba bien y su repertorio se limitaba a dos canciones. Impresionó interpretando ‘¿Quién ha visto a Coco en el Trocadero?’. De ahí surgió su sobrenombre Coco.
Gran trayectoria profesional y personal terminó en enero de 1971 a los 87 años en Francia.
Redacción COSMO
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