A las doce del mediodía (hora local), radiante de felicidad como corresponde a una novia de nivel
Disney-BBC,
Meghan Markle se bajó del coche para encontrarse con el Príncipe Harry en el altar llevando un sencillo diseño de
Clare Waight Keller para
Givenchy con suave entallado, escote muy favorecedor, manga tres cuartos, combinado con una tiara de diamantes… ¡y un peinado que se fue deshaciendo con el paso de la ceremonia! ¿Qué? ¿Cómo? ¿En serio? Si llego a saber esto… hubiera estado en Londres a primera hora de la mañana para asegurarme que esta novia pudiera confiar en que su peinado se mantuviera idéntico desde el minuto uno hasta que decidiera quitárselo ya entrada la madrugada en el día siguiente. ¿Cómo ha podido ocurrir esto?
Los mechones que primero estuvieron colocados tras las orejas en el momento de salir del coche y desvelar el misterio del vestido pronto comenzaron a descolocarse y caer durante la ceremonia. Un mechón perdido comenzó a cubrir su frente y las capas asomaron por delante de las orejas desatando el hashtag #bobbypins, es decir #horquillas, entre la audiencia. Para empeorar las cosas, la iluminación de la Capilla de San Jorge magnificó el efecto del mechón proyectando una sombra sobre la cara de Markle.
Serge Normant, estilista de celebridades como Sarah Jessica Parker y Julia Roberts, fue quien llevó a cabo su recogido. Según él mismo indicó que se inspiró en la Audrey Hepburn de los años 60 para este recogido. Secó el cabello de la ya Duquesa de Sussex durante casi una hora, realizó el recogido y lo retocó después de aplicarse el maquillaje. En referencia a las críticas de muchos comentaristas del evento sobre Normant afirmó que era el efecto deseado: un recogido no excesivamente estructurado y sin sobrecarga de productos. Tras las diferentes pruebas que llevaron a cabo el estilista y la novia se decantaron por el estilo más sencillo y sin exceso de volumen, un recogido muy sencillo y flojo que no difiriese demasiado de los looks habituales de Markle.
Teniendo en cuenta que el punto fuerte del look era la tiara Filigrana de diamantes que data de 1893, originalmente perteneciente a Queen Mary, heredada por la reina Isabel II en 1953… tal vez el día, el momento y el estilo se merecía unos mechones de cabello que se quedasen en su sitio durante toda la ceremonia. Es una lástima que en un evento de este calibre, se llenen las redes sociales de comentarios de peluqueros, reales y aficionados, del mundo pidiendo que alguien acuda al rescate de la novia con unas horquillas y un puntito de laca.
Redacción COSMO
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