Como cabras. Así de locos nos tiene el
yoga. Desde hace unos años, esta disciplina oriental que nos ayuda a mejorar cuerpo, mente y espíritu se ha convertido en una de las primeras opciones a la que acude gente de todo el mundo para entrar en contacto con su yo interior.
Lo mejor del yoga es que cada uno de nosotros puede encontrar
la disciplina en la que se sienta más cómodo. Raja Yoga, Gñana Yoga, Karma Yoga...
Y ahora, por fin,
Cabra Yoga.
Y no, no se trata de imitar los movimientos de este animal de granja en nuestras rutinas de ejercicio. Se trata más buen de hacernos acompañar por pequeñas cabras mientras los realizamos.
La inventora de este concepto es la maestra de yoga Susane March, que ya celebraba sus clases entre los paisajes naturales que rodean su granja en Tennessee, Estados Unidos.
Susane advirtió que el problema principal de muchos de los discípulos que venían a practicar yoga a su granja eran que no acababan de relajarse del todo y por culpa de esto no conseguían el equilibrio necesario para sacar partido a las clases.
Como buena amante de los animales, Susane era consciente de que las cabras eran usadas para calmar a los caballos que andan estresados, como si estos pequeños animales tuvieran el maravilloso poder de tranquilizarnos con su sola presencia.
Y como buena maestra de yoga, pensó en incluir a las pequeñas cabras que rondan su granja en las clases de yoga. El experimento podría haber salido mal, pero no fue así en absoluto. Hoy día, Susane tiene cerca de 2000 personas en lista de espera para entrar en una de sus clases de "yoga cabra". O Yogabra, si quieres.
“Las cabras son muy amistosas y divertidas, les encanta ser el centro de atención”, afirma Susane. "Una cabra para el alma hace maravillas".
Por supuesto, las cabras no están obligadas a nada ni se les fuerza a participar en los ejercicios. Como la monitora yogui cuenta, son ellas mismas las que se animaron a participar entrando voluntariamente en el espacio que Susane tiene reservado para sus clases. Y como buenas cabras que son, no desperdiciaron la oportunidad de trepar encima de los alumnos que estaban realizando la postura del puente. A sus alumnos les divirtió tanto que le pidieron a la profesora que contara con las cabras para su siguiente clase.
La lista de espera para las clases de Susane han abierto los ojos a otros granjeros y maestros yogui de todo Estados Unidos. Así, nuevos centros de Cabra Yoga están naciendo por todo Estados Unidos y se espera que esta modalidad llegue a Europa muy pronto.
Relajante, divertido y natural. ¿Te apuntas al Yogabra?
Redacción COSMO
Noticias escritas por el equipo de redacción de COSMO.