Spencer Tracy y Katherine Hepburn, Richard Gere y Julia Roberts, Tom Hanks y Meg Ryan... Cada cierto tiempo surge en Hollywood una pareja de actores que irradia de química la gran pantalla.
Y no importa que estos intérpretes sean pareja o no fuera de los escenarios. Lo que importa es que el público los quiere ver juntos protagonizando otra historia. La química, la verdadera chispa, es algo muy difícil de conseguir en pantalla y es por ello que los productores se las ven y se las desean para volver a reunir a estas parejas en sus cintas.
En lo que llevamos de siglo, sólo una pareja ha conseguido entrar en este particular altar de binomios atractivos.
Hablamos de
Jennifer Lawrence y
Bradley Cooper que, en tan sólo cinco años, han coprotagonizado nada menos que cuatro películas juntos: La gran estafa americana, El lado bueno de las cosas, Joy y la película que COSMO esta tarde a las 17:30h:
Serena, una preciosa historia de amor ambientada en el Boston de los años 20.
¿Por qué funciona tan bien la química entre ambos actores? Veamos algunas de las claves.
Tienen claro que sólo son compañeros de trabajo. Uno de los factores que podría arruinar la química entre ambos, como ya hemos visto en otras parejas de Hollywood, es que nunca acabarán peleados por problemas sentimentales. Ambos tienen claro que la chispa que crean juntos pertenece sólo a sus películas y que fuera de ellas, como declaró el bueno de Bradley "simplemente no ha sucedido nunca, nunca nos acostaríamos, no es la manera en la que transcurre nuestra relación".
Apoyan las causas del otro. Los verdaderos amigos están ahí para hacer frente a nuestros problemas. Cuando hace un par de años Jennifer Lawrence saltó a la palestra por denunciar el sexismo reinante en la meca del Cine, donde se paga mucho menos a mujeres que a hombres, recibió no pocas críticas de comentaristas retrógrados. El primero que salió en su defensa fue su amigo Bradley, declarando que "hay un doble estándar en todo el mundo, por supuesto. Y el problema del salario es solo una de sus facetas. Cada vez que haya una oportunidad donde una voz se pueda oír y difundir -como ha hecho Jennifer-, hay que aprovecharla. Creo que ella marcará la diferencia".
Están ahí en las buenas y en las malas. Porque eso es lo que hace un amigo de verdad. Cuando Bradley finiquitó su relación con la también actriz Suki Waterhouse no pasaba por su mejor momento. Jennifer se preparaba precisamente para el papel de Serena consciente de que el director aún no había encontrado actor para el papel protagonista. Ella se plantó ante él sugiriéndole que no encontraría mejor intérprete que su amigo Bradley. No sólo le consiguió el papel, sino que se pasó el rodaje entero aprovechando la mínima oportunidad para sacarle una sonrisa a Cooper, que consiguió librarse de su tristeza para cuando el rodaje acabó.
Porque se admiran. Independientemente de su amistad o su química, hay otro factor que actúa de cimiento en su relación: la admiración mutua. Él ha declarado sobre ella "la respeto mucho como profesional. Como actriz, creo que es la mejor del momento. Aprendo mucho de ella. Uno siempre quiere trabajar con personas que son mejores que uno". Ella por su lado afirma que es la seguridad que Bradley le da en pantalla lo que hace que se crea sus personajes y que no habría tenido la suerte de estar donde está si no hubiera coincidido tantas veces con Bradley en pantalla.
Ella es la actual novia de América y él uno de los actores más cotizados y atractivos del momento. Por separado son extraordinarios pero cuando se juntan son una bomba de química que impregna la pantalla y enamora al espectador.
Mientras esperamos que coincidan por quinta vez en pantalla te recomendamos que no te pierdas su historia de amor en
Serena, que COSMO emite esta tarde a las 17:30h.
Redacción COSMO
Noticias escritas por el equipo de redacción de COSMO.
