Andre Agassi,
Rafa Nadal, Feliciano López... Parece que en cada generación de tenistas nace un sex symbol que pasa a la historia no sólo por sus méritos deportivos, sino que también lo hace por los suspiros que levanta fuera de la
pista de tenis.
Y también parece que esta generación acaba de encontrar al suyo. Hablamos de Alexander "Sascha" Zverev, un joven tenista alemán, de tan sólo 20 años, que ha pasado del puesto 81 en 2015 en el ránking de la ATP al número 10 del mundo, puesto al que ha llegado la semana pasada al vencer en la final del Master 1000 de Roma a la leyenda Novak Djokovic.
Como tenista, las credenciales de Alexander no se limitan a su creciente ascenso en las pistas, sino que se remontan a generaciones pasadas. Su padre, también llamado Alexander, representó a la Unión Soviética en la Copa Davis y su hermano, también tenista, es actualmente el número 30 del mundo.
Los Zverev vienen dispuestos a quitarles a las hermanas Williams el puesto de familia más importante del tenis.
Pero, como decimos, las virtudes de Alexander no se limitan a las pistas. Con su cara de niño bueno, su pelo rubio germánico, sus profundos ojos azules y sus casi dos metros de altura, esta nueva promesa a la que apodan "Sascha", "El niño", "El pequeño gigante" o "el Kaiser", es una golosina no sólo para los ojos, sino para las firmas publicitarias que le quieren como imagen para sus marcas.
De hecho, el bueno de Alex ha protagonizado una polémica a principios de este año, ya que se daba por sentado que sería patrocinado por la firma Nike durante los siguientes años, sólo para firmar en el último momento con su principal competidora, la marca de ropa deportiva alemana Adidas.
Todo hace pensar que nos hartaremos de ver a esta joven promesa en las vallas publicitarias, pues empieza de igual modo a hacer sus pinitos como modelo para otras marcas. Así, sabemos que ha firmado un contrato con la marca de raquetas Head y ya está protagonizando sesiones fotográficas para la firma de relojes Richard Mille. De igual manera, esta semana también ha debutado la campaña que ha protagonizado para la marca de ropa estadounidense Abercrombie and Fitch.
Y es que sólo durante el pasado año, se estima que sus ingresos como modelo, carrera deportiva aparte, le han reportado más de un millón de dólares.
De momento, el corazón del joven Alexander sigue libre, aunque la prensa rosa de su país no para de buscarle novia, y lo hace sin salir de las pistas, ya que las principales sospechosas de llamar su atención son también jóvenes tenistas, la suiza Sabine Lizicki o la francesa Belinda Bencic.
Acostúmbrate a esta cara, pues Alexander Zverev ha venido para quedarse.
Redacción COSMO
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