Ben Stiller es como ese amigo gracioso al que conoces de toda la vida. Además, es esa clase de gracioso al que no le importa que en todas sus películas se le convierta a él en el blanco de todos los golpes. Echa un vistazo para ver
sus mejores películas.
Stiller ya tiene el reconocimiento de la industria, lo que le permite meterse en los proyectos que él elija, pero como buen cómico, prefiere seguir haciendo reír al público, y nosotros que se lo agradecemos.
De casta. Su amor por la comedia le viene de familia.
Tanto su padre como su madre eran cómicos de moderado éxito que protagonizaron en su día algunas series para televisión. Eligieron pasar de niñeras y se llevaban al joven Ben a los rodajes, donde nuestro protagonista comenzó a contagiarse del negocio familiar. Llegó a salir de extra en más de una serie y en 1983 comenzó a estudiar cine en la ciudad de Los Ángeles.
Fan musical. Ben parece un buen tipo, y quizás por ello ha forjado amistad con muchas celebridades que han requerido su presencia para hacer cameos en sus obras. Si nos fijamos en sus apariciones en videoclips musicales, veremos que el actor ha protagonizado más vídeos que muchos músicos. Puedes verle en vídeos de Smash Mouth, Beastie Boys, Travis o Limp Bizkit por nombrar sólo cuatro.
La otra cara de la moneda. Resulta difícil de creer viendo la fama de buen chico que tiene, pero lo cierto es que Ben ha protagonizado algún que otro episodio incómodo en su carrera. Esto se debe al trastorno bipolar que padece, aunque como él mismo confiesa, es algo con lo que lucha a diario y admite que no es un tipo con el que sea fácil tratar. Aún así, sus compañeros de rodaje siempre alaban lo divertido que es tenerle en el plató.
Mucho más que un actor. Todo actor que se precie debe intentar al menos una vez en su carrera el convertirse en director. Y pocos, muy pocos, llegan a tener éxito en esta tarea. No es el caso de Ben, que ha dirigido varias comedias de gran éxito (Zoolander, Tropic Thunder) e incluso ha dado el salto al drama de calidad (Reality Bites, La vida secreta de Walter Mitty).
Su gran amigo Owen. Nada menos que doce. Doce películas en las que ha compartido protagonismo con su mejor amigo, el rubiazo Owen Wilson. Cuando Wilson tocó fondo, y una ruptura sentimental sumada a una profunda depresión le hicieron pensar en algo tan terrible como el suicidio, allí estaba su amigo Ben para sacarlo del fango. Owen ha confesado en varias entrevistas que de no ser por Stiller hubiera consumado la tragedia.
Redacción COSMO
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