El mundo de la moda sigue siendo exclusivo, y no nos referimos al precio que marcan las prendas que vemos sobre las pasarelas.
Hace un par de años, modelos de color como
Iman, Naomi Campbell o Bethann Hardison creaban la Coalición de la Diversidad, una asociación que tiene como fin conseguir la igualdad racial en el mundo de la alta costura. A día de hoy, las modelos blancas representan un 85% del total de profesionales que desfilan por las pasarelas, dejando un ridículo 15% al resto de razas.
De todo esto se deduce que todas aquellas jóvenes que no representen el ideal de belleza pálido que solemos ver en las campañas de firmas de moda no lo tienen igual de fácil que sus compañeras blancas.
Es aquí donde comienza la historia de Khoudia Diop, una joven con un sueño, el de convertirse en modelo profesional, que si ya de por sí es difícil de conseguir siendo negra, añade en esta historia dos capas más de dificultad. Por un lado, Khoudia es de Senegal, un país en el que la mujer sufre un sinfín de desigualdades con respecto a los hombres: y por otro lado, la joven tiene un tono de piel espectacularmente oscuro, mucho más que la de sus compatriotas.
La infancia de Khoundia no fue nada fácil. Desde niña se enfrentó a las burlas de acosadores por su particular tono de piel y por perseguir su sueño de ser top model.
De hecho, a la joven le recomendaron una práctica que está lamentablemete muy extendida en aspirantes a modelos de color en todo el mundo: la utilización de cremas abrasivas para conseguir unos tonos más de claridad en la piel y así multiplicar las opciones de ser contratadas como modelos. Practica que nuestra protagonista rechazó.
"Se burlaban mucho de mí en mi juventud. Siempre me enfrenté a los acosadores, pero ahora, he aprendido a quererme más cada día y a no prestar atención a la gente negativa", ha declarado en una reciente entrevista.
Khoundia acabó dando el paso hace un par de años, cuando ella contaba con 17. Tras sus primeros pinitos en el mundillo, una asociación llamada Colored Campaign requirió de sus servicios para promocionar su mensaje, que no es otro que la aceptación de todos los tonos de piel y su normalización no ya sólo en las pasarelas, sino en todos los ámbitos de la vida.
Gracias a esta campaña, la modelo ha conseguido saltar a la fama, y ya cuenta con casi 300.000 seguidores en
su cuenta de Instagram, desde la que manda poderosos mensajes sobre la igualdad. “Si tienes la suerte de ser diferente, no cambies nunca”, sería el resumen de su filosofía.
Esta Diosa de la Melanina, como ella misma se autodenomina está empezando a firmar colaboraciones con las más importantes firmas de modas de la industria, y haciéndose un hueco en un Olimpo en el que normalmente sólo tienen cabida modelos de tez blanca. Poco a poco el mundo de las pasarelas está abriéndose a
otra clase de modelos.
Redacción COSMO
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