Siempre hemos tenido claro que la dieta mediterránea es una de las más naturales y saludables del mundo, pero parece que sus beneficios van mucho más allá de lo esperado.
Este es lo que nos viene a decir un nuevo estudio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, por el cual sabemos que además de los beneficios que procura a nuestro cuerpo, también es la más indicada para aquellas personas que sufran de sobrepeso, siendo la dieta más indicada para
perder esos kilos de más.
Ahora bien, la dieta mediterránea incluye muchos componentes, y el objetivo de este estudio era averiguar cuál era la combinación que más beneficios podría traernos a la hora de acudir a la báscula.
Para encontrar la combinación perfecta, los estudiosos de la universidad separaron a las 351 personas participantes en la prueba en tres grupos diferentes, que se sometieron a tres dietas diferentes durante un año.
El primer grupo se alimentó únicamente de dieta mediterránea complementada con aceite de oliva virgen extra.
El segundo grupo tuvo dieta mediterránea enriquecida con frutos secos (almendras, nueces y avellanas principalmente).
El tercero, una dieta que incluía componentes de
otras dietas además de la mediterránea, pero con un 30 por ciento menos de grasas que una dieta normal.
Este tercer grupo experimentó un descenso de peso "considerable", pero que a la postre fue mucho menos notable que el descenso que experimentaron los individuos de los dos primeros grupos.
Finalmente, los autores del estudio declararon que "las dietas mediterráneas enriquecidas con aceite de oliva virgen o frutos secos, como almendras, nueces o avellanas, que contienen aproximadamente el 40 por ciento de las grasas totales, son una alternativa mejor que las dietas bajas en grasa en los regímenes de mantenimiento o pérdida de peso en adultos mayores obesos o con sobrepeso".
Tanto el aceite de oliva virgen como los frutos secos son ricos en grasas de origen vegetal, que además de ayudar a nuestra figura son unos inmejorables aliados de la salud de nuestro corazón e impiden la aparición de la diabetes.
Ahora bien, los estudiosos señalan que tanto el aceite como los frutos secos han de incluirse en la dieta pero nunca excederse en su consumo.
Con un buen puñado de frutos secos y un chorro de aceite de oliva tendremos los nutrientes necesarios para que las fuerzas no nos fallen. Un exceso de estos alimentos puede ser tan perjudicial como el de cualquier otro alimento menos indicado para perder peso.
Si a todo esto le sumamos que la dieta mediterránea ayuda a reducir la presión arterial, reduce la depresión, cuida la salud dental, el colesterol alto, el asma, combate el parkinson y el alzheimer o que mejora la artritis… descubriremos que tenemos un auténtico tesoro en nuestras mesas.
Redacción COSMO
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