La última sensación viene montado en una ola y arrasando todo a su paso. Su nombre es Alex Libby, tiene 23 años y antes de posar ante una cámara se dedicaba a surfear en las playas californianas.
Rubia melena descuidada, penetrantes ojos verdes, un cuerpo de infarto y, sobre todo, una actitud simpática y despreocupada que supone todo un soplo de aire fresco en un mundo de modelos clónicos.
De hecho, acaba de firmar un contrato con la firma de ropa Abercrombie, que siempre se ha caracterizado por seleccionar a modelos guapos pero bastante similares en su aspecto. Todo un mérito ya que Alex no lleva en la profesión ni dos años, a la que llegó de la mano de la agencia "Select Models".
Ya ha protagonizado varias campañas, entre ellas para la revista Harper’s Bazaar Man o para la firma Dolce & Gabbana, pero su mayor logro es acumular miles de fans que llenan sus fotos en las redes sociales con proposiciones de matrimonio y alguna que otra más indecente.
La pasión absoluta de Alex es el mar.
Cada vez que tiene un momento libre se monta en su tabla y se olvida del mundo. Sus otros grandes hobbies, como deja claro en su cuenta de Instagram, son los animales, en especial los dos perros que le acompañan en todos sus viajes.
De origen británico, Alex conoce muy bien las costas españolas, pues suele veranear cada año en la isla de Ibiza, aunque no le hace ascos a ninguna playa del mundo. De hecho, fue descubierto por un agente mientras practicaba surf, ocupación a la que le dedica todo el tiempo del que dispone.
El aire despreocupado y setentero del surfero supone toda una ruptura con sus compañeros de profesión y, dado su éxito, no nos extrañaría que el mundo de la moda empezara a buscar a sus siguientes promesas no ya en las agencias, sino en playas perfectas para el surf.
Redacción COSMO
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