Este pasado viernes nos regalaba su último disco y tan sólo tres días después se nos ha marchado para siempre. Durante el último año y medio había batallado contra el cáncer, que finalmente se lo ha llevado a sus 69 años de edad.
“David Bowie ha muerto en paz hoy rodeado de su familia, después de una valiente lucha de 18 meses contra el cáncer. Mientras muchos de vosotros compartiréis la pérdida, pedimos respeto a la privacidad de la familia durante su tiempo de dolor”. Este es el comunicado publicado en la red social Twitter por la cuenta oficial del artista y confirmado tristemente minutos después por su propio hijo, el director de cine Duncan Jones.
El mundo de la música pierde a una de sus últimas leyendas, entrando a partir de hoy en un panteón en el que otros genios como Elvis Presley, Freddie Mercury o Michael Jackson ya figuraban.
Como legado, Bowie nos deja 25 discos de estudio irrepetibles, un puñado de inolvidables actuaciones en el cine y una manera única de entender el mundo del espectáculo.
David Robert Jones nace en Brixton, Inglaterra un 8 de enero de 1947 y pasó sus primeros años en el sur de Londres. En sus años escolares despuntó por su inteligencia, pero también por su rebeldía, cualidades que mantuvo durante el resto de su vida. Con el paso de los años, empezó a dominar diferentes instrumentos, desde la flauta hasta el ukelele, y por supuesto pronto destacó por su voz, lo que le convirtió en titular del coro de su escuela.
Encontró su vocación cuando tan sólo contaba con 9 años de edad. Ese año, su padre llevó a casa un puñado de vinilos que cambiaría la vida del joven Bowie, y entre los que se encontraban algunos LP de Elvis, The Platters o Little Richard. Cuando David escuchó por primera vez el éxito "Tutti Frutti" de Richards afirmó que "estaba escuchando la voz de Dios".
Desde ese momento no sólo comenzó a crecer como músico, sino también como showman, ya que quedó marcado profundamente por las escasas emisiones televisivas de espectáculos de sus ídolos Elvis y Chuck Berry, por lo que empezó a desarrollar su propia manera de bailar y desenvolverse en un escenario. Sus profesores afirmaron que su manera de moverse era sorprendente, impropia de un niño de su edad.
A todo ello hay que añadir su peculiar aspecto físico, completado con un trastorno ocular llamado heterocromía adquirida, una anomalía del iris por la que presentaba un ojo de cada color y una pupila mayor que la otra, debido a una pelea en el colegio, en la que un compañero, George Underwood, le golpeó con un anillo. Lejos de enemistarse, David y George continuaron su amistad con el paso de los años, llegando incluso el segundo a diseñar varias portadas para discos del artista.
David formó su primera banda, Kon-Rads, con tan sólo 15 años, y durante su adolescencia llegó a pasar por algunas otras como The King Bees, The Manish Boys o Lower Third, hasta que en 1967 se convirtió en solista. Como no quería que su nombre fuera confundido por el de Davy Jones, del célebre grupo The Monkees, cambió su apellido por el de Bowie como homenaje a James Bowie, mercenario y aventurero americano fallecido en la batalla de El Álamo en 1863.
Desde entonces, su carrera no hizo más que ascender, pasando con total naturalidad del folk psicodélico al glam rock, del soul al rock. Pero Bowie era mucho más que un cantante de éxito, él quería llevar el arte a cada faceta de su vida. Para ello, representó a lo largo de su carrera a distintos personajes bien diferenciados en los que se convirtió como buen actor. Así pues, durante diferentes etapas de su carrera, si acudíamos a alguno de sus conciertos no veíamos a David Bowie sobre el escenario, sino a personajes como Ziggy Stardust, el Duque Blanco, Halloween Jack o Aladdin Sane. "Fuera del escenario soy un robot. En el escenario consigo emocionarme. Eso probablemente explica por qué prefiero disfrazarme de Ziggy a ser David", afirmaba.
Su pasión por la actuación no se limitó a los escenarios, y a lo largo de su carrera ha participado en numerosas películas de diverso éxito, desde el inolvidable Rey Goblin de Dentro del Laberinto al Nikola Tesla de The Prestige, pasando por otros clásicos como El hombre que vino de las estrellas, Feliz Navidad, Mr. Lawrence, La última tentación de Cristo, Twin Peaks: Fire Walk with Me o incluso interpretándose a sí mismo en la comedia Zoolander.
Se podría decir que se adaptó perfectamente a cada época en la que vivió, pero como el gran artista que fue lo cierto es que fueron las tendencias las que se adaptaron a él. Y como gran artista su vida no estuvo exenta de polémica. Desde una bisexualidad que le llevó a relacionarse con Mick Jagger a décadas al borde del precipicio por culpa de la cocaína, el nombre de David Bowie nunca ha abandonado los tabloides.
Casado desde 1992 con la modelo Imán, Bowie tuvo dos hijos: Duncan Jones, director de Moon o Código Fuente, y Alexandria Zahra Jones, que despide a su padre a sus quince años de edad.
Puede que David Bowie nos haya dejado, pero su legado continuará por siempre. Artistas tan dispares como Siouxsie and the Banshees, The Cure, Nine Inch Nails, Nirvana o Lady Gaga han reconocido públicamente la influencia del inglés en su música.
Hoy, fans y personalidades de todo el planeta le dan su último adiós. Y tal y como él mismo cantaba en su éxito "Space Oddity", mientras su personaje, el Comandante Tom se despedía del Control de Tierra...
Aunque he pasado las cien mil millas
me siento inmóvil
y creo que mi nave espacial sabe hacia donde ir
díganle a mi esposa que la amo, ella lo sabe.
Redacción COSMO
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