Si le doy la izquierda al bebé, la otra protesta. En serio, duele con un hormigueo apremiante. Es que es lo que faltaba. Tengo un cuerpo caprichoso, consentido, demasiado mimado, y celoso.
Voy a tener que decirle a Don Bimbas que me haga el favor de hacer el mismo caso a las dos, como hago yo con él y con su hermano.
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