Para mis hijos, la vida es un poco soseras. Así que hay que darle un poquito de emoción. Hay que buscarle baches, obstáculos, que poder saltar o salvar.
(Tirándose en bici por las cuestas de los portales).
Porque no pueden ir con la bici sin más, no. ¡Si hacen algo normal les da un soponcio!
Lo mismo después, en la piscina. Hoy es el día en el que Don Bimbas y su más fiel secuaz (a ella le gusta más llamarse su “novia”), prueban a bañarse sin manguitos.
Y como son como son, pues no se limitan a separarse cuidadosamente del borde y dar unas tímidas brazaditas a lo perrillo y ya. No.
De ellos sale lanzarse directamente.
Y se tiran.
Y lo de aprender a nadar, se la bufa, porque lo divertido es saltar, hundirse, salir a flote, agarrarse a la escalera, salir corriendo y repetir.