Lo más difÃcil le pone. Estoy hablando de Don Bimbas. Ha heredado la bici de cuando su hermano cumplió dos años y no la suelta. Y eso supone ya de por sà una dificultad, porque manejarse con ella dentro de casa no es lo más apropiado…
Pero cuando la cosa se tuerce es cuando salimos de paseo y vamos a dos por hora. Porque no se impulsa. O sea, él va con la bici pero solo anda. Digamos que ni se llega a sentar. Va con ella debajo. Ahora, no se te ocurra empujarle o ayudarle. Te responde con un bufido que te deja seca.
No entiendo cómo es que le gusta tanto la bici, porque caminar sin apoyarse con esa cosa entre las piernas, no me parece lo más divertido del mundo. Pero él tiene que hacer lo mismo que su hermano y que sus primos, faltarÃa más.
Luego le da por ir inclinado por encima de los vados. En esto que se cae. Lo ayudo y le coloco la bici en recto, en la acera. Y él protesta y pide que se la vuelva a poner en el vado, donde estaba, donde todo ocurrió. Tiene que salvar ese obstáculo ÉL SOLITO, por sà mismo, por huevos.
Es asà con todo, no solo con la bici.
Más tarde en casa le ayudo a bajar las escaleras. Se cae de culo en un escalón. Le ayudo a levantarse en el escalón donde ha aterrizado. Y coge él y sube desde donde ha caÃdo para volver a bajarlo sin ayuda, esta vez bien. No se puede decir que sea de los que dejan las cosas a medias…
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