Se levanta El Cachorro de una siesta porque se ha acostado con fiebre.
– ¿Te cuento lo que he soñado? – me dice.
– Claro.
– Que se ha muerto Rodrigo.
Es su mejor amigo.
Pasan unas tres horas y se vuelve a acostar. Está subiendo la fiebre y se encuentra malico.
– ¿Y si vuelvo a soñar que se muere Rodrigo? – me pregunta preocupado.
– Hijo, no suele ser habitual que se repitan los sueños – miento, porque a mà bien que se me repetÃan.
– Pues yo un dÃa soñé con zombis – otra de sus obsesiones – y volvà a soñar con zombis.
– Pues será porque no haces más que pensar en los zombis.
– Cuando me he despertado antes, soñaba que se habÃa muerto Rodrigo y, cuando me he despertado también.
– ¿También lo pensabas cuando te has despertado?
– SÃ, pero me di un golpe en la cabeza y ya pensé que estaba vivo.
– ¿¿Te diste un golpe en la cabeza??
– SÃ.
– ¿¿Necesitas darte un golpe en la cabeza para dejar de pensar algo??
– SÃ, porque tenÃa el cerebro revuelto.
– ¿TenÃas el cerebro revuelto?
– SÃ, y me di un golpe en la cabeza y se me pasó.
La fuerza bruta.
Cómo acabará…
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