Juegan con una pelotita y le dice El Cachorro a su abuelo: «Cachorrín, coge esto».
Lo que le faltaba. Cuando mi hermano era pequeño se enfadó con él y lo iba a llamar “cerdo”. Pero a medio camino se dio cuenta de que eso era algo muy gordo que llamarle a un padre y que le iba a caer un castigo seguro, así que lo que le salió fue: “¡Eres un cerd… ín!” Un cerdín, tú. Y nos partimos de la risa.
Qué cruz tiene mi padre con su descendencia. Lo llaman cerdín y lo tratan de cachorrín. Qué poco respeto.
A ver el pequeño cómo se las gasta con él cuando aprenda a hablar…
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