En esta casa se despide el año y se da la bienvenida al nuevo, por todo lo alto.
Creo que es la segunda vez que celebramos Nochevieja aquí, así que no tengo muchos recursos para ello. Ni para decorar la mesa con vajilla ni mantel específicos navideños ni para preparar comida como las delicias que hace mi madre, que yo quiero volver a casa por Navidad solo por comer lo que cocina.
Pero toca en casa y creo que, al menos estéticamente, estoy a la altura. Sobre todo, en las vestimentas…
Con dos hijos pequeños ya no hay mucha ocasión para ir a fiestas de postín nocturnas. Hoy estreno el vestido (y ropa interior roja y regalada).
Y lo estreno para la foto. Lo mismo que para la foto son las pajaritas de los críos. No adivinaréis nunca a quién casi le sale urticaria de obligarle a llevar la pajarita…
Una vez que ha quedado constancia de lo monos que podemos llegar a estar, fuera pajaritas y fuera tacones. Y al lío.
¡Cuidado, que suenan los cuartos!
Y, ya sabéis, oro en el champán…
Y a brindar por un… ¡¡Feliz año nuevo!!