Aquí el pater familias se echa unas siestas de escándalo en la playa y nadie le molesta (menos el otro día un poco, como consta en un post anterior). Intento yo dar una ligera cabezada y tengo a los dos críos encima de mí. Don Bimbas, especialmente, me trepa la chepa o se pone a hacer equilibrios de pie encima de mi barriga.
Cuando me quejo, el Señor de las Bestias me sugiere una solución: «¿Por qué no te buscas otra familia, como hace nuestro hijo?»
Y no es mala idea. Cuando El Cachorro se aburre de estar con nosotros, que es rápido, porque no somos de esos padres que están a todas horas entreteniendo a sus vástagos, enseguida se acopla a otra familia con niños en la que sus padres se bañan, hacen castillos y juegan a todo lo que se puede jugar en una playa con ellos.
Voy a dar una vuelta, a ver quién me ajunta…
Oye, ¿¡¿y os podéis creer que, con lo mona que iba, NADIE?!?
(Perdonadme, pero no me he visto en otra que en estas fotos y no sabía que post escribir para poder presumir. Gracias por la comprensión).