Ha sido una colección compuesta casi exclusivamente por abrigos. El abrigo ya no será más una prenda discreta destinada a desaparecer para dar paso al traje, como ocurre en tantos photocalls, sino que será una prenda principal, cuando no única, en la imagen masculina. Para ello, Etxebarría ha trabajado con los tejidos, lanas, cueros y pieles, ha sido tan esencial como con los patrones y los tallajes.