Nuestras chicas nos cuentan cómo celebran esta noche especial
En mi casa hemos aplazado la cena de Nochebuena al día 25 a medio día, os explico: mi padre es muy cocinitas, y cada año por Nochebuena daba rienda suelta a su afición gastronómica tanto a la hora de preparar canapés como a la de hacer un asado digno de llevarse algún premio en Masterchef.
El caso es que, se ponía tal cantidad de comida sobre la mesa que, a pesar de que no somos pocos los que nos reunimos en estas fechas, no éramos capaces de comérnoslo todo. De hecho, la mayoría de las veces ya estábamos todos empachadísimos ¡antes de terminar incluso con los entrantes! (Así que de dejar hueco para turrones y polvorones ni hablábamos).
Como nos daba muchísima pena que sobrasen tantas exquisiteces acordamos trasladar el plato fuerte —que suele ser un asado— a la comida de Navidad, así que ahora en Nochebuena pasamos directamente de los canapés y entrantes a los postres. Así mi padre no tiene que estar tan pendiente de cocinar esa noche, y los demás podemos disfrutar del plato especial recién hecho el día siguiente, en lugar de andar recalentando sobras como hacíamos hasta ahora. ¡Win/win!
A mí con Nochebuena me pasa igual que con la decoración de Navidad: se me va todo de las manos de una manera impresionante. Sobre todo en el tema comida, que es una cena y luego tardas diez días en digerirlo todo, pero no pasa nada. En mi familia se pone comida hasta reventar. Y muchas velitas, que traen buena suerte, siempre en números impares.
Respecto a los regalos nosotros hacemos el amigo invisible porque somos muchísimos, además como todavía no nos hemos rendido a las aplicaciones esas que te hacen el sorteo por Internet, tenemos esa excusa para reunirnos todos también antes de Navidad. Y eso está muy bien.
¡Lo que más me gusta de la cena de Navidad (aparte de la comida, OF COURSE) es el amigo invisible! Y si te toca de amigo invisible alguien emprendedor, te tengo una lista de 10 cosas que le van a encantar y, lo más importante, a SERVIR. Yo soy de las que prefiere un regalo útil a uno 'por regalar algo' (estoy en desacuerdo con regalar por regalar y hasta prefiero que me pregunten qué quiero o me regalen una tarjeta Amazon). Llámame fría pero ese es mi regalo FAVORITO (a no ser que la persona me conozca MUY bien y de en la diana con algo que NECESITO) Jajajaja! Vamos allá!
1. Tarjeta Amazon (Por supuesto!) Con la wishlist que tengo, aunque sean $5 ya me puedo comprar uno de los libros en lista!
2. ¡Cualquier libro de mi lista pública en Amazon! La mayoría están en los $5 - $10 así que es fácil para amigo invisible!
3. Rotuladores Sharpie (a parte de un vicio, una necesidad para tantas cosas!)
4. Alfombrilla del ratón chic (necesito una ya)
5. ¡Un par de earphones bonitos! No tienen que ser caros, los hay con diseños monísimos y siempre los estamos perdiendo!
6. Cargador de iPhone EXTRA largo. El-Mejor-Regalo-Ever! Por fin puedes cargar el móvil mientras estás en la cama, el sofá... sin generarte tortícolis!
7. Enchufe USB. Sirve para todos los cargadores de todos los aparatos y siempre necesitamos más de uno
8. Funda para el móvil. iPhone 6 Plus en mi caso y si es Ted Baker mejor! (Oh.. sorry, que era amigo invisible) jiji...
9. Tarjeta regalo Kindle (¡más libros!) :D
10. Esmalte de uñas OPI. Ok... nada que ver con el emprendimiento pero son los MEJORES y SIEMPRE va a caer bien! En realidad con tanto escribir a ordenador siempre hace falta retocar el esmalte!
Vámonos de compras y, sobre todo, ¡a reírnos muchísimo con mi juego favorito de la Navidad!
La cena de Nochebuena es algo muy celebrado en todas las familias, un momento para estar todos juntos y para pasar una buena noche. Por suerte, todavía no me ha tocado organizar a mí ninguna cena, pero sí puedo contar cómo son las cenas de Nochebuena que vivo.
En casa solemos tener una cena sobre todo con muchos platos de picoteo, es lo que nos divierte, y así evitamos que las sobras lleguen hasta Nochevieja. No pueden faltar platos típicos de la tierra, un buen jamón, un buen queso (acompañado con dátiles) vino tinto y vino blanco, unas gambitas de San Lucar y, como no, una enorme bandeja con turrones de todo tipo.
Para mí, la cena de Nochebuena siempre es especial. Es el momento de reunirte con tu familia y de pasar un rato agradable y tranquilo. Suelo dividir la velada en dos partes, en la primera ceno con mi familia y después vienen mis amigos a casa y pasamos un rato divertido y distraído.
De la cena se encarga mi madre (a mí lo de cocinar no se me da muy bien que digamos), pero este año me he comprometido a encargarme del postre, así que estoy a tope pensando ideas de galletas o pastelitos navideños. ¿Una receta especial? La verdad es que vamos variando entre carne o pescado pero, eso sí, ¡siempre nos pasamos la tarde con el horno encendido!
De la decoración navideña (cómo no) me suelo encargar yo. Y es que ¿hay algo mejor que los manteles llenos de motivos navideños? Un detalle especial es colocar algunas velas en la mesa, aportan un grado de calidez al ambiente y consiguen unificar los adornos, la comida y el espíritu navideño. Tanto me gusta que hasta yo misma me visto de forma especial en Nochebuena.
Por último, cuando es el momento de empezar a brindar y felicitarnos la Navidad, es el momento de darnos los regalos. Más que amigo invisible, en mi casa lo seguimos relacionando con Papá Noel, por lo que el 24 por la noche es el momento perfecto para llenarlo todo con papel de envolver y descubrir qué nos hemos regalado.
En definitiva, me encanta la cena de Nochebuena, en mi familia no suele ser tan grande como la que hacemos en Nochevieja pero para mí guarda todo el encanto de las fiestas y me encanta pasarla con la gente que quiero. ¡Feliz Navidad!
