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Como usuarios de internet comenzamos a hacer uso de las videollamadas allá por el cambio de siglo. Desde nuestros ordenadores o portátiles, iniciamos esta nueva etapa en las comunicaciones gracias a programas como Messenger o iChat. Lo que en un primer momento parecía algo perteneciente al futuro se fue haciendo hueco en nuestro día a día, en nuestras relaciones y en nuestro trabajo.
En el pasado 2020 se llegaron a convertir en parte imprescindible de un mundo confinado por culpa de la pandemia mundial de Covid-19, por la que la mayoría de nuestra sociedad se vio obligada a relacionarse personal y profesionalmente a través de una pantalla.
Poco a poco vamos acostumbrándonos y normalizando esta nueva vía de comunicación y lo que hace unas décadas parecía ciencia ficción es ahora el pan nuestro de cada día. Pero siempre hay espacio para la mejora.
Después de todo, si vamos a mostrar nuestro hermoso rostro al mundo querremos hacerlo en las mejores condiciones.
Nuestra colaboradora Carmen Velarde ha creado una lista de consejos para mejorar nuestras videollamadas en forma de vídeo que puedes ver aquí mismo.
Limpieza
Puede que nuestra intención sea la de dar una buena impresión y nos dediquemos a buscar un rincón en nuestro hogar acorde y limpio para usarlo como fondo mientras nosotros quedamos en primer plano. Gran idea, pero también tendremos que tener en cuenta la limpieza del cristal que cubre la webcam de nuestro ordenador o teléfono móvil. Debido al lugar en la que estas cámaras están colocadas es bastante usual que este cristal esté cubierto por nuestras propias huellas dactilares. Limpiar esta superficie con cualquier limpiador de cristal antes de una videollamada importante es una manera de asegurarnos que nuestra imagen no se verá filtrada o desenfocada por estas partículas de suciedad.
Situación de la cámara
La imagen, como cualquier lenguaje, tiene sus propias reglas. La altura de la cámara respecto a nuestros ojos es algo a tener en cuenta cuando usamos este medio de comunicación. La posición ideal es la de ojos y cámara a la misma altura y en paralelo. Por un lado es la posición más cómoda para nosotros pues no exigirá que inclinemos el cuello. Por otro lado, el plano a la misma altura refleja equilibrio en contraposición a colocar la cámara en un nivel superior a nuestros ojos (plano picado) que reduce nuestra presencia y nos "aplasta" contra el suelo, mientras que colocar la cámara en un nivel inferior a nuestros ojos (plano contrapicado) deformará nuestras proporciones en una imagen en el que el centro de atención serán nuestras fosas nasales. Y no queremos eso.
Mejora tu audio
Con contadas excepciones, los micrófonos que incorporan nuestros ordenadores no suelen encontrarse entre los mejores del mercado. No hace falta desembolsar una gran suma para hacernos con un micro de calidad pues podemos encontrar una gran gama de estos periféricos a precios asequibles. También podemos usar el manos libres que usamos con nuestro smartphone, pues están ideados para tal fin.
A menos que tengas en casa un equipo profesional de iluminación indoor, tu mejor y más barata opción es la luz natural que entra por tus ventanas. Colocarnos junto a una ventana para aprovechar esta luz es lo recomendado aunque puede darse el caso, en días extremadamente soleados, en los que esa fuente de luz sea demasiado dura, iluminando totalmente un lado de nuestro rostro y dejando el contrario en penumbra. En estos casos es buena idea colocar otra fuente de luz, en este caso artificial, en este lado de sombras para que la luz emitida "rellene" todas esas sombras creando un todo más armónico y equilibrado.
Compensando la calidad de tu cámara
Las webcams de nuestros portátiles y smartphones son extremadamente útiles pero, dado el poco espacio en el que han de ser encajadas, no son precisamente la opción de imagen con mayor calidad que se puede encontrar en el mercado. Para compensar la falta de color y detalle que muchas de estas webcams reflejan podemos usar un maquillaje un poco más llamativo del que usamos para encuentros en persona. Este exceso de color será compensado por la (no muy alta) calidad de nuestra cámara reflejando un resultado que acaba siendo natural.
De la misma manera en la que cuidamos la imagen digital y nuestra propia presencia, deberemos elegir el fondo ante el que apareceremos con cuidado. Por supuesto, evitando que aparezca nada comprometedor, descuidado o sucio. Los ambientes sobrecargados tampoco son la mejor de las opciones por crear una imagen confusa y desordenada. Si no tenemos en nuestro hogar un ambiente como este siempre podemos emplear las opciones del programa que estemos usando para desenfocar este fondo o incluso cambiarlo por una fotografía del catálogo que nos ofrece o una de nuestra elección.
Vivimos en la era de las videollamadas. De las misma manera en la que podemos seguir consejos para mejorar nuestra imagen en nuestros encuentros personales, podemos seguir directrices para seguir trasmitiendo confianza y seguridad a través de la lente de una cámara.
Pronto, nuevos trucos y consejos de nuestra amiga y colaboradora Carmen Velarde.
