Conocemos la definición de personalidad: el conjunto de rasgos y cualidades de las que está formada una persona diferenciándola del resto. ¿Pero cómo llegamos a adoptar estos rasgos y cualidades? ¿Qué nos hace lo que somos?
Son muchos los psicólogos y expertos de la mente que han trabajado para resolver estas dudas y por lo tanto son muchas las teorías a las que podemos agarrarnos. La más aceptada y extendida es la de los Cinco Grandes Rasgos del profesor de psicología norteamericano Lewis Goldberg.
Goldberg, nacido en 1933, es el autor de esta hipótesis también conocida como Modelo OCEAN, siglas en inglés que representan a los cinco rasgos de la personalidad: Openness (Apertura a la experiencia), Conscientiousness (estado consciente), Extraversion (tendencia sociable), Agreeableness (amabilidad) y Neuroticism (estabilidad emocional).
Analicemos estos cinco rasgos de la personalidad más a fondo para entender por qué somos como somos.
Apertura a la experiencia (Openness)
El primer rasgo señala a nuestra capacidad de buscar y aceptar nuevas experiencias en nuestra vida. En un extremo, aquellas personas que evitan y temen el cambio en cualquiera de sus formas, los inmovilistas.
En el otro, quienes abrazan la experimentación y siempre están abiertos no solo a nuevas sensaciones, sino también a otras personas. En este segundo grupo encontramos a
las personas más creativas y las que gestionan mejor sus emociones.
Estado consciente (Conscientiousness)
En este rasgo se define a aquellos que atesoran las cualidades de la responsabilidad y la perseverancia. En un extremo, aquellos que dejan que el rumbo de su vida sea decidido por el flujo de acontecimientos, los impulsivos. En el otro, aquellos que se marcan una meta para todo en la vida y siguen un escrupuloso plan basado en el orden y la constancia, los
disciplinados.
Tendencia sociable (Extraversion)
Aquí definimos nuestra personalidad por nuestro nivel de sociabilidad. Los más extrovertidos estarían en un extremo, aquellos que comprenden a sus semejantes aprendiendo de experiencias ajenas y colaborando en grupo para alcanzar metas comunes, los empáticos. En el otro extremo tenemos a los reservados, para los que es importante mantener sus problemas como suyos y no compartirlos con los demás. No son necesariamente asociales, simplemente prefieren hacer las cosas en soledad.
Amabilidad (Agreeableness)
Mientras en el anterior rasgo dividíamos a las personas por su aceptación del trabajo en grupo para alcanzar metas, en este hablamos de simple y pura confianza, la que se entrega sin esperar nada a cambio. Por un lado tenemos a los generosos, que ofrecen su ayuda y compañía con el único fin de ayudar a los demás. Por otro, a los desconfiados, que llegan a este punto por obra de sus experiencias pasadas con otras personas.
Estabilidad emocional (Neuroticism)
De este rasgo depende nuestro control de las emociones en circunstancias adversas, nuestra capacidad para mantener la calma cuando nadie más la mantiene y nuestra sangre fría para tomar la decisión correcta cuando todo parece trabajar en nuestra contra. Las personas emocionalmente estables transmiten mayor seguridad a los otros y se convierten en mejores líderes que las personas del extremo contrario del espectro: aquellos que se dejan llevar por sus emociones dificultando así sus siguientes pasos y su capacidad de trabajo en equipo.
Estos son los Cinco Grandes Rasgos de la personalidad según Goldberg. No es una guía a seguir ni una clasificación de mejor o peor. Es una descripción de los cinco atributos que nos hacen ser como somos.
Manuel Varela
Redactor web
