Somos seres químicos. Un batiburrillo de ingredientes bien mezclados que nos hacen ser quienes somos no ya como humanos, sino como personas individuales. Y de entre todos esos ingredientes hay una categoría de la que depende
nuestra felicidad. Estos cuatro ingredientes son la
endorfina, la dopamina, la serotonina y la oxitocina.
Sería genial poder generar estas sustancias en nuestro cerebro a voluntad, aunque eso nos dejaría continuamente agotados.
Cada una de ellas tiene una función y es segregada en momentos específicos durante tiempo limitados, pero eso no quiere decir que podamos encontrar atajos para llenar con ellas nuestros cerebros.
Veamos cada una de estas "cuatro hormonas de la felicidad" (técnicamente no son todas hormonas) por separado y veamos si podemos hacer uso de ellas a voluntad sin hacer uso de sustancias nocivas.
Endorfinas
Se trata de neurotransmisores opioides producidos en el sistema nervioso central como moduladores del dolor, reproducción, temperatura corporal, hambre y funciones reproductivas, además de estar ligadas al sentimiento de euforia.
No podemos prolongar su estancia en nuestro cerebro pues son como fuegos artificiales: brillan durante un corto tiempo y desaparecen.
¿Cómo podemos provocar su aparición? Las endorfinas están ligadas al llamado "estrés bueno", es decir, toda aquella actividad placentera que venga del esfuerzo, como el ejercicio físico o el baile. No hace falta matarse corriendo; un buen paseo ya empieza a despertarlas. El contacto humano, desde el sexo a unas simples caricias, también nos valdrá. Perdernos en la naturaleza o una sesión de la música que nos gusta son otras maneras de llenarnos de endorfinas.
Dopamina
Esta hormona neurotransmisora está, como la anterior, ligada al placer pero de un modo muy distinto. Mientras que la endorfina era provocada por estímulos simples como una caricia o el olor a mar, la dopamina está ligada al placer de la recompensa.
La dopamina se genera cuando estamos motivados para hacer un trabajo o conseguimos un objetivo tras un esfuerzo de cualquier tipo. Aparece en nuestro cerebro tras un trabajo del que sentimos orgullo debido a la relación entre coste y recompensa.
¿Cómo podemos provocar su aparición? No es tan fácil como la endorfina: tenemos que conseguir un objetivo, aunque siempre podemos ponernos metas fáciles y a corto plazo para provocar su aparición. Si tienes una gran tarea entre manos, divídela en subtareas para recibir tu recompensa de dopamina cada cierto tiempo.
Serotonina
Neurotransmisor que regula la secreción de hormonas que está ligado a nuestras emociones y estado anímico así como el apetito, la temperatura corporal y el deseo sexual.
Las personas que no generan serotonina están por regla general abocadas a sufrir depresión y ser invadidas por la tristeza sin previo aviso. También está estrechamente ligada a nuestra memoria.
¿Cómo podemos provocar su aparición? Dado a su relación con nuestros recuerdos, debemos buscar en nuestra mente aquellos momentos del pasado que nos hacen felices. Pensar o hablar con una antigua amistad ayuda, como también lo hará el ejercicio o tomar el sol.
Oxitocina
La llamada "hormona del amor" es responsable del estado de nuestro sistema nervioso central y está ligada a nuestro comportamiento social, ya sea amistoso, laboral, familiar o sexual. Los niveles de oxitocina en nuestro cuerpo pueden hacernos más o menos sociables, confiados o incluso generosos.
Se liberan grandes dosis de oxitocina tras el orgasmo y su aparición puede ayudarnos a estrechar aún más los lazos con la pareja que los haya provocado, de ahí que se la conozca como "hormona del amor".
¿Cómo podemos provocar su aparición? Una relación sexual con
una persona a la que deseemos es la manera más directa, pero la oxitocina también está presente cuando estamos junto a esa persona sin hacer nada en especial. Los abrazos también ayudan mucho.
Este es el Póker de Ases de la sustancias beneficiosas que nuestro cuerpo genera. Las Cuatro Hormonas de la Felicidad. ¡A por ellas!
Manuel Varela
Redactor web