Cuando las personas están en una unión amorosa, son interdependientes porque ayudan a satisfacer las necesidades el uno del otro. Pero hay relaciones en las que la adicción llena todo el espacio, sin dejar lugar al amor.
Tales relaciones se caracterizan por una necesidad obsesiva de la atención de otra persona. Las relaciones se atribuyen al mayor significado, y si el objeto de la pasión se vuelve inaccesible por cualquier motivo, la persona dependiente experimenta ansiedad y su vida en este momento se vuelve sin sentido y vacía. El problema es que de esta manera hacemos a la otra persona completamente responsable de satisfacer nuestras necesidades y esperamos de él cierto comportamiento.
Si nuestras expectativas no se cumplen, entonces la vida se derrumba, experimentamos malestar y literalmente nos perdemos.
Resulta que sin otra persona, un sujeto emocionalmente dependiente no siente la plenitud de la vida y no se siente llena. El objeto de la pasión, en cambio, tiene una pesada carga de responsabilidad por nuestra felicidad, y esto es muy difícil y nos hace querer deshacernos de esta carga. Como resultado, es difícil para todos vivir en estas relaciones, pero romper el círculo de dependencia es aún más difícil que estar en él.
¿Cuál es el motivo de esta dependencia emocional?
La ausencia de metas personales significativas y, como resultado, el vacío emocional pueden llevar a una persona a una dependencia completa de otra. Porque es este otro quien organiza toda su vida, y solo gracias a él se llena de sentido, según señala Passion. No hay otra persona, no hay vida. Por eso, el adicto sufre humillaciones y busca diversos trucos, solo para no perder el objeto de cariño, lo que lo llena de fuerza.
Algunas personas ponen inconscientemente a sus parejas en una situación de dependencia, porque tienen miedo de perder poder y control. Este comportamiento es también una de las formas de dependencia emocional, y ambos son dependientes en esta unión. La pareja vive según el principio "uno dirige, el otro obedece". Uno es una personalidad fuerte y activa, el otro es infantil, no tiene confianza en sí mismo y es capaz de cualquier cosa independientemente. El primero, con la ayuda de un control y poder estrictos, se salva del miedo a ser innecesario y solitario, el segundo, además de la comprensión del complejo de víctima, también tiene miedo de estar solo y está tratando con todas sus fuerzas de ganarse el amor.
La baja autoestima no permite que una persona sienta la plenitud de la vida así, porque sin confirmar su importancia con la ayuda de otras personas, no experimenta nada, solo anhelo. No vive, no existe. Lo es solo cuando hay otras personas. Es muy difícil que a todos les guste, por lo tanto, una autoestima ya baja siempre está bajo la amenaza de un mayor deterioro. Cualquier rechazo puede desequilibrar al adicto. La situación se ve agravada por el hecho de que, mirando constantemente hacia atrás en las opiniones de los demás, es muy difícil entenderse a una misma, encontrar un trabajo de su agrado y creer en una misma. Entonces resulta que estas personas viven según las ideas de otras personas, sufren mucho, pero no pueden hacer nada por sí mismas.
Hiperresponsabilidad en la dependencia emocional
Hay personas que se responsabilizan de todo lo que pasa en el mundo. Confían en que pueden influir en el estado de ánimo y los sentimientos de los demás mediante su comportamiento. Por eso son tan sensibles a las opiniones del resto y dependen de su reacción. Constantemente sienten culpa y ansiedad. De hecho, la hiperresponsabilidad esconde una falta de voluntad para mirar honestamente su vida y sus propios problemas de implementación.
Librarse de la adicción es perder una parte de una misma. Se fusiona tan estrechamente con la personalidad que su pérdida significa un cambio en la imagen completa del mundo. Además, la adicción está anclada a nivel neuronal en el cerebro y a nivel físico en el cuerpo. Deshacerse de la adicción emocional es un proceso laborioso que requiere diligencia, disciplina y un deseo sincero de deshacerse de ella, según destaca Hochu. Si decide hacer esto, enhorabuena. Este es el paso más importante y las siguientes pautas sugeridas lo ayudarán a estructurar el proceso.
Pasos para superar la dependencia emocional
Paso 1
Asume la responsabilidad de tu estado emocional. ¡Escríbelo y dílo en voz alta!
Paso 2
Toma una decisión para superar la adicción.
Paso 3
¿Quiere superar la adicción en las relaciones existentes o comenzar a construir nuevas relaciones sobre otra base distinta?. En el caso de una nueva relación, debe manejar adecuadamente la pérdida de la relación pasada y dejarla ir con gratitud. Existen técnicas especiales para esto.
Paso 4
Piensa en el precio que puedes pagar si no abandonas esta adicción. Debes comprender claramente la amenaza que es posible si no se supera esta adicción. Hay que decir que puede afectar claramente a tu estado de salud e incluso entrar en una depresión, si no se ataja a tiempo.
Paso 5
Sigue adelante sin esa dependencia, déjala atrás, pero agradece como aprendizaje haberla tenido. Esto es importante porque la adicción al 100% desempeñó una función importante en tu vida.
Paso 6
Define un nuevo formato para tu relación con otra persona. Trabaja con las notas. La conclusión principal es que cada uno de nosotros tiene sus propios intereses y necesidades y esto es normal. La capacidad de mantener un equilibrio entre sus necesidades generales y concretas es quizás la filosofía principal para superar la adicción emocional.
Paso 7
Determina por ti mismo qué perspectiva te da esta liberación. Normalmente, el motivo más motivador es la liberación del dolor emocional.
Es muy importante seguir los 7 pasos con diligencia, ya que cada uno lo lleva por el camino de la adicción emocional al apego emocional. ¡Sé que puedes ser feliz!. Consulta siempre a tu médico, ya que no siempre resulta tan sencillo dejar estos vínculos atrás y se hace necesaria la intervención profesional para conseguir buenos resultados y alcanzar la meta deseada. Es posible, y como te hemos dicho; ¡Tú puedes lograrlo!.
