Las redes sociales han cambiado la forma en la que nos relacionamos con nuestro entorno. Nos ayudan a mantenernos en contacto con nuestros seres queridos, albergan saludables debates y nos permiten seguir a artistas y figuras públicas.
Pero no es oro todo lo que reluce en Facebook, Instagram o Twitter. Como todo en esta vida, el abuso de las redes sociales puede generar una adicción malsana que nos influirá negativamente. Psiquiatras de todo el mundo coinciden en afirmar que la adicción a las redes sociales es una enfermedad que se puede equiparar a otras más conocidas.
Según nos cuentan, esta nueva adicción afecta a las mismas zonas de nuestro cerebro que drogas tan peligrosas como la cocaína o el éxtasis.
Las redes sociales nada tienen que ver con la vida real y el problema de los adictos a ellas es que pueden llegar a sentir tristeza y ansiedad cuando se enfrentan a esta realidad.Según el Instituto Tecnológico de Monterrey en Puebla, los adictos a las redes generan dopamina (un compuesto químico que produce felicidad) por cada like o comentario recibido. El verdadero problema viene cuando la cantidad de "me gusta" no alcanza lo que ellos esperan o desean.
Si nuestras fotos y publicaciones no tienen la aceptación que nosotros queremos, nos puede invadir una tristeza que puede acabar incluso en depresión. Tenderemos a no separarnos de las redes, llenándolas con más y más contenido, por lo que descuidaremos y mucho lo que de verdad importa para ser feliz: el contacto físico y real con otras personas.
Más peligroso aún: nuestro cuerpo se empezará a desprender a las emociones que nos produce el estar cara a cara con nuestros seres queridos. Nuestro cerebro se rinde y deja de generar esa dopamina cuando tenemos a otras personas frente nuestro. Por ello, no nos alegraremos ante un abrazo o no sentiremos felicidad ante una mirada. Lo que nos lleva a un peligroso ciclo, pues el ser humano necesita de la felicidad en su vida, así que volveremos a buscarla donde no debemos, en las redes sociales.
El autoengaño viene cuando empezamos a creer que nuestro valor como personas está relacionado con la cantidad de amigos virtuales que tenemos. Además, los adictos necesitan el apoyo constante de otros, mediante likes o comentarios, para superar su día a día. Esto les hace pasarse la mayor parte de su tiempo frente a una pantalla.
¿Quiénes tienen más posibilidades de sufrir esta adicción? Todos los psicólogos coinciden en los siguientes tipos: personas inseguras y con baja autoestima, personas que se sienten solas, aquellos que no están conformes con su vida real, depresivos, tímidos y con dificultades para socializar en la vida real.
¿Cómo podemos superarla? Aquellos que vean sus vidas afectadas por la adicción a las redes sociales tienen que aprender a desconectar en todos los sentidos de la palabra. Lo primero es establecer un horario para acceder a ellas y no saltárselo nunca. Después, retomar el contacto cara a cara con seres queridos y bajo ningún concepto echar mano al móvil cuando estemos ante la presencia de otros. Es más que aconsejable buscarnos otra afición que nada tenga que ver con internet, el deporte es la salida más lógica.
¿Crees que la adicción a las redes puede ser tan peligrosa como advierten los expertos? ¿Conoces a algún adicto?
