La francesa
Laurence de la Ferrière, fue la primera mujer de la historia en alcanzar en 1992 la cumbre del Everest sin usar oxígeno de soporte, y en 1997 llegó hasta el Polo Sur caminando en solitario, unos 400 km durante unos durísimos e inhóspitos 57 días con sus noches, convirtiéndose así en la primera francesa de la historia en lograrlo, por lo que muchos la han apodado como la “mujer récord”.
Entre 2009 y 2010 fue la directora de la base antártida francesa Dumont d’Urville, tiempo que dedicó junto a su equipo a estudiar la capa de ozono y la presencia de residuos en el hielo.
Ahora a sus 62 años, acaba de volver de una expedición en catamarán por ciertas zonas de la Antártida, con el equipo de Antarctic Explorers, con los que ha estado realizando distintos estudios en el lugar.
Ferrière pasará a la historia por sus récords pero también como el modelo de mujer exploradora y aventurera que sirve de ejemplo a toda una generación de mujeres valientes, algo vital que transmitir a las más jóvenes y en lo que Laurence está muy implicada.
La exploradora ya no está tan interesada en lograr grandes hazañas pero se muestra muy preocupada por el cambio climático, y dedica la mayor parte de su tiempo a dar charlas por el mundo, principalmente en Europa, sobre su experiencia y aportando su visión de cómo deberíamos hacer las cosas para cuidar mejor nuestro bonito planeta azul.
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