Razón aquí.
Cuatro son las protagonistas de Sexo en Nueva York, pero sólo hay una que todas y cada una de las mujeres de este planeta llevamos en nuestro interior. No es ni la dulce Charlotte, ni la ingeniosa Miranda ni la carismática Carrie, la
femme fatale que todas llevamos dentro es Samantha Jones. No te escandalices. Déjala salir, déjala fluir y disfruta como nunca antes.
Vive y deja vivir.
No te haces una idea de lo bonita que es la vida vivida sin que te importe un rábano (esa expresión aún se usa, ¿no?) lo que piensen o digan los demás de ti. Pocas cosas como hacer oídos sordos son más baratas y dan mayor placer. Pruébalo, no te arrepentirás.
Adiós al falso romanticismo. Una cosa es que seamos liberales y plenamente conscientes de la relación que tenemos con el tío en cuestión, y otra que seamos idiotas. Ir a jugar al parchís sin pasar antes por la casilla de salida, no es una opción. En la cama seremos lo que queramos ser, pero fuera de ella, somos princesas, que digo princesas, ¡somos reinas! Así que no permitas que un tío no te trate como te mereces –como una reina- y toma nota de Miss Jones.
El arte de ligar. Nadie, a excepción de Anita Ekberg en La Dolce Vita, ha ligado con tanta clase, estilo e inteligencia como Samantha Jones en Sexo en Nueva York. Nada más que añadir.
La revolución sexual. Experimenta y vive tu propia revolución sexual. Samantha es una mujer a la que no le da miedo otorgarse a sí misma el placer que necesita, así que no seas tímida y aprende a disfrutar de tu propio cuerpo. Te lo vas a pasar muy bien, y lo sabes. Ah, y tampoco te limites solo al dormitorio, tal y como ella misma dijo: "Yo soy probosexual. Lo pruebo todo al menos una vez."
Mujeres al poder. Nuestra Samantha es inteligente en la cama, pero también en los negocios. No se deja intimidar por nada ni por nadie, es valiente, firme y segura de sí misma. “El único lugar donde puedes controlar a un hombre es en la cama. Si les hiciéramos sexo oral a los hombres perpetuamente, podríamos dominar el mundo.” Amén hermana.
Los hombres no dan la felicidad. "Cariño, mi vagina no espera por ningún hombre." Y es que muchas veces perdemos la cabeza por un chico que no nos presta la atención que merecemos, y mientras nosotras pensamos en él, seguramente él ya tiene alguien más en su vida.
Ama, pero ámate más a ti misma. Una imagen vale más que mil palabras.
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Redacción COSMO
Noticias escritas por el equipo de redacción de COSMO.