En el amor, todo tiene su explicación.
El amor a primera vista, existe.Las flechas de Cupido son algo más que una historia mitológica tamizada por la cultura popular. Un equipo internacional de científicos de la Universidad de Siracusa en Nueva York, aseguran que el amor puede ser fulminante. Al parece, tan sólo tardamos un quinto de segundo en enamorarnos, y es que cuando caemos rendidos por los encantos de otra persona, doce áreas del cerebro trabajan conjuntamente para liberar los productos químicos que inducen a la euforia, como la dopamina, la oxitocina y la adrenalina.
El amor es la droga más poderosa del mundo.
El amor, ese que te hace desvariar y estar en las nubes, es una droga. Numerosos estudios han desvelado que enamorarse produce un efecto similar al de la cocaína.
Ambas situaciones producen una sensación de euforia, estimulando 12 áreas del cerebro al mismo tiempo.
El amor puede provocar la sincronización de dos corazones.Cuando se acerca esa persona que te gusta, tu corazón se acelera a mil por hora, y después de tener contacto con ella, “se tranquiliza” y sientas una agradable sensación de bienestar. Bien, pues esto es debido a que vuestros latidos del corazón laten al compás. Varios estudios han revelado que cuando dos personas enamoradas se miran a los ojos, sus ritmos cardíacos se sincronizan.
El amor, un Desorden Obsesivo Compulsivo.Cuando te enamoras, tus niveles de serotonina bajan, lo mismo que le pasa a las personas que sufren de un Desorden Obsesivo Compulsivo. Es quizás por esto que al comienzo de una relación solemos estar muy pendientes de la otra persona, pensando en ella constantemente y rozando casi la obsesión.
El amor duele, y el síndrome del corazón roto existe.Los investigadores han encontrado que las experiencias traumáticas como una ruptura amorosa o la pérdida de alguien cercano pueden afectar la zona del corazón, incluso produciendo dolores en el sitio. Se llama
Síndrome del Corazón Roto y tiene que ver con ciertos químicos que afectan la zona, sobre todo en las mujeres. Muchas veces se diagnostica erróneamente como un ataque al corazón o problemas cardiovasculares.
Redacción COSMO
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