La laca es parte de mi vida, en mis 24 años de profesional
ha sido mi fiel compañera y, desde que participo en
Laca y Tijeras, le tengo aun mas cariño. Con un bote de laca en una mano y la tijera en la otra las peluqueras nos sentimos superwoman.
Lo curioso es que aun queda alguna clienta reacia a utilizarla.
¿Por qué? Porque consideran que les da un look exagerado o pasado de moda y que ademas les va a dañar muchísimo el pelo.
Vamos que tienen miedo a salir de la peluquería con el clásico peinado estilo “casco de moto” que, en caso de accidente, podría salvarnos la vida por su dureza y ademas temen estar causando unos daños irreparables a su melena.
En peluquería, como en tantas otras disciplinas de la belleza,
hay mucho mito urbano. Y de la misma manera que no es verdad la típica dieta milagro de comer media mandarina los días alternos, tampoco es cierto que la laca sea lo peor de lo peor.
Para empezar basta decir que la laca de hoy en día no se parece en casi nada a la de nuestras madres y abuelas. Para eso la industria de la belleza tiene sus laboratorios y equipos científicos volcados en el
constante desarrollo y mejora de los productos.
Me encanta usar laca para conseguir
looks exagerados, pero claro, siempre que sea lo que mi clienta quiera y que le favorezca. Si trabajo en un proyecto de moda en el que quiero un estilo muy marcado, un toque de laca es la clave para conseguirlo. Pero en el peinado mas cotidiano también es clave. Muchas de mis
clientas requieren tan solo un ligero toque por ejemplo en el flequillo o para marcar cierta onda en el estilo. No se trata de cantidad sino de calidad.
Por ultimo habría que resaltar que hoy en día estos productos no solo no dañan el pelo sino que incorporan fórmulas que lo protegen con su uso. Existen lacas ecológicas, flexibles y con tratamientos.
En el año 2015 usar laca es fijar pero también cuidar cada tipo de cabello.
Sara Ruesga para Laca y Tijeras
Redacción COSMO
Noticias escritas por el equipo de redacción de COSMO.