El
desayuno es la comida más importante del día. Esta afirmación que llevamos escuchando tan insistentemente a lo largo de nuestras vidas tiene ahora una
base científica en la que apoyarse. Y no sólo por la energía que nos proporciona para encarar con fuerzas la jornada, sino que está estrechamente ligado a nuestro peso.
El ritmo de vida moderno, las prisas, la desidia o las
malas costumbres pueden hacer que nos saltemos la primera comida, y ahora sabemos que quienes hacen esto pueden verlo reflejado negativamente en la báscula.
Existen varios estudios que así lo demuestran, y ahora la Unidad de Nutrición de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) lo confirma: saltarse el desayuno engorda.
Las personas que deciden no desayunar acaban por regla general picando otra serie de comidas a lo largo de la mañana, generalmente de
peor calidad que los alimentos propios del desayuno, resultando en una vida de malos hábitos alimentarios. A esto hay que sumarle la reacción de nuestro cuerpo si no comemos bien por la mañana: el cuerpo
recibe el ayuno como una amenaza y activa una serie de enzimas cuya misión es
generar grasas en nuestro interior para defenderse, que quedan acumuladas en nuestro organismo.
Las declaraciones de la FIAB coinciden con un estudio realizado en Estados Unidos que viene a confirmarnos este caso.
En este estudio se realizó un seguimiento a más de 2.000 adolescentes durante cinco años y se ha llegado a las mismas conclusiones. Los jóvenes que se saltaron la primera comida del día pesaban al final de esta investigación una media de 2,3 kilos más que aquellos que desayunaban correctamente.
Tal es la importancia de desayunar correctamente, que se ha demostrado que sentarnos a comer algo en las primeras horas del día es más beneficioso para los resultados de la báscula que hacer ejercicio. Es decir, aquellos que desayunan y no hacen ninguna clase de deporte acaban pesando menos que aquellos que sí se ejercitan pero no desayunan.
¿Y en qué debe consistir un desayuno favorable? Los expertos coinciden que hay tres alimentos imprescindibles: los lácteos, la fruta y los cereales. No en vano, un buen desayuno nos debería aportar el 25% de nuestras necesidades diarias de nutrientes. Del mismo modo, hay que evitar consumir en las primeras horas del día bebidas azucaradas y bollería.
Aunque el ritmo de vida moderno nos impida en ocasiones hacerlo correctamente, hay que buscar el tiempo para sentarnos a disfrutar de un buen desayuno, ya que esos kilos de más son sólo una parte de los problemas derivados de saltárnoslo.