La primavera ya está entre nosotros, y va a alterar algo más que nuestra sangre. Nosotros, como muchos animales, salimos del letargo en el que hemos permanecido durante el invierno y nos preparamos para recibir la estación de las flores.
Se suele vincular la primavera con el lado feliz y positivo de la vida ya que trae consigo un mejor clima, más horas de luz, la explosión de color que traen las flores y una mayor sociabilidad, pero también viene con ciertos efectos negativos de la mano, y no sólo nos referimos a las tan temidas alergias.
Nuestros cuerpos y nuestras mentes van a sufrir algunos cambios estos días, y desde Cosmo vamos a repasarlos para que entendamos mejor lo que está a punto de pasarnos.
La libido por las nubes: prepárate porque la temperatura va a subir, y no sólo nos referimos al clima. Mientras a más horas de luz estemos expuestos, más
vitamina D segregaremos, justo tras alcanzar los niveles más bajos a la salida del invierno. Esta vitamina aumenta nuestros niveles de
testosterona (en los hombres) y
endorfinas (en ambos sexos) lo que conlleva un mejor ánimo, una reducción del estrés y una mayor estimulación a
nuestra respuesta sexual, lo que aumenta nuestra libido.
Astenia primaveral: el aumento de horas de luz también trae un aspecto negativo, ya que el cambio en la presencia del sol y en la presión atmosférica altera nuestro organismo y la cantidad de endorfinas que produce, las hormonas que están ligadas a nuestro bienestar.
La temida astenia primaveral no nos afecta a todos, pero los que la sufren adolecen de ciertos síntomas bastante molestos, como son la
falta de energía y aumento del cansancio, somnolencia, una mayor irritabilidad, malestar general y, aunque parezca contradecir el primer punto, una bajada del deseo sexual. Se suele recomendar a quien la sufre una dieta rica en nutrientes como los de los frutos secos o el plátano,
practicar ejercicio con moderación o fijarse nuevos horarios.
Mayor actividad: aquellos que no sufren de astenia pueden encontrarse con los efectos contrarios a esta. Los niveles de melatonina, una hormona que se desarrolla en nuestro interior en los meses más fríos del año, bajan drásticamente, lo que nos llena de energía y nos desinhibe socialmente. Esta última consecuencia es la razón por la que solemos enamorarnos con más frecuencia en primavera.
Cambios en nuestro reloj biológico: ¿te has preguntado alguna vez por qué la primavera está relacionada con la época de apareamiento en los animales? Esta situación, que también se da en los humanos, está relacionada con los cambios que se producen en la glándula pituitaria, situada en la base del cerebro y cuya función es mandar señales y disparar nuestras hormonas, abriéndonos más a la posibilidad de tener descendencia.
Alergias: estas reacciones exageradas de nuestro organismo vienen de la mano del aumento del
polen en el aire, algo que nuestro cuerpo percibe como un
agente nocivo que tiene que expulsar, principalmente por la nariz y los ojos. A quienes la sufren se les recomienda no ventilar la casa en las horas de luz, limitar el tiempo que pasamos en la calle, el uso de gafas de sol y consumir ciertos alimentos como
la manzana, la zanahoria, la cebolla, el arroz integral o las espinacas, evitando otros como los lácteos, el pan y la pasta.
Con sus virtudes y sus defectos, ya no podemos dar vuelta atrás. La primavera ya está entre nosotros y va a convertir nuestros cuerpos y nuestras mentes en un cóctel de reacciones y sensaciones. ¡A disfrutarla!