Recordando al gran Robin Williams
El gran Robin Williams nos dejó hace ya dos meses, pero siempre nos quedará el consuelo de poder revisitar sus películas una y otra vez. El cómico que nos hizo creer que Peter Pan podía acabar trabajando de abogado o que nos mostró los peligros tras el tablero del juego Jumanji ha dejado una huella imborrable en el cine.
Williams nació en Chicago en 1951, pero no fue hasta que su familia se mudó a California cuando él tenía 16 años que no mostró interés por la actuación. Comenzando en el teatro y más tarde en la serie Monk y Mindy, el primer gran papel de Robin en la pantalla grande fue el del mismísimo Popeye en la película de mismo nombre dirigida por Robert Altman (Prêt-à-porter). Desde entonces ha sido uno de los cómicos estadounidenses más reconocidos, regalándonos películas inolvidables como Patch Adams o El club de los poetas muertos. Ha sido nominado al Oscar en cuatro ocasiones, ganando en la última al mejor secundario por El indomable Will Hunting.
Moviéndose como pez en el agua entre la comedia y el drama, algo que también caracterizó su vida personal, uno de sus personajes más recordados fue aquel padre divorciado que lo haría todo para pasar algo más de tiempo con sus hijos, incluso travestirse y hacerse pasar por una niñera inglesa. Veamos algunas curiosidades de Señora Doubtfire, papá de por vida.
La historia se basa en la novela Madame Doubtfire de la escritora inglesa Anne Fine. Cuando le compraron los derechos para convertirla en película, ella sugirió que el papel protagonista debía ser interpretado por Warren Beatty. La idea inicial era colocar a un conocido mujeriego en el papel de una mujer.
Antes de comenzar a grabar, Williams comprobó la efectividad de su maquillaje; disfrazado de Señora Doubtfire paseó por el centro de San Francisco, comprando incluso en una tienda para adultos sin que nadie le reconociera.
Precisamente el maquillaje de la película ganaría un merecido Oscar. La prótesis real que usaba Williams constaba de 8 partes diferentes que se encajaban en su cara en un proceso que duraba cuatro horas y media. La película se alzaría también con dos Globos de Oro, uno a la mejor película de comedia o musical y otro más para Robin, como mejor actor en las mismas categorías.
Recientemente se había anunciado una secuela para Señora Doubtfire, pero la muerte de Williams truncó como es lógico el proyecto. El director Chris Columbus, que también hubiera dirigido esta secuela, declaró; "Fuimos amigos 21 años. Nuestros hijos crecieron juntos, nos inspiró el pasar nuestras vidas en San Francisco juntos y lo quise como un hermano. El mundo era un mejor lugar con Robin en él. Y su hermoso legado vivirá por siempre".
Como en la mayoría de sus actuaciones, Williams improvisaba cada vez que tenía ocasión. Incluso llega a hacerse un homenaje a él mismo cuando, buscando su dentadura, exclama "Carpe Dentum", lo que nos recuerda al Carpe Diem que popularizó en El Club de los poetas muertos.
El personaje de Williams, Daniel Hillard, se ve forzado a inventarse el nombre de su alter ego, sacándolo del titular de un periódico que tiene a mano. Ese mismo periódico ficticio pudo verse como homenaje en uno de los capítulos de la serie Embrujadas.
En la película, el personaje de Robin se divorcia de su mujer y acaba convirtiéndose en su niñera. En la vida real acababa de divorciarse de su mujer para casarse... con su niñera.
Sea como sea, Robin Williams siempre quedará en el recuerdo de los aficionados al cine y a la comedia. Mientras se suceden los homenajes a su genio y figura, nosotros podemos disfrutar de Señora Doubtfire, papá de por vida este jueves a las 22:20 en Cosmopolitan TV.