La cantante británica asegura que desde que ha formado una familia y es feliz no está inspirada para escribir buenos temas
Por extraño que pueda parecer, hay veces que la inspiración aparece en los momentos en los que el ánimo pasa por sus horas más bajas y así le sucede a Lily Allen, a quien las musas no visitan desde que está felizmente casada con el decorador Sam Cooper y es la orgullosa mamá de dos niñas, Ethel (2) y Marnie (19 meses). La cantante, que hizo un paréntesis en su carrera musical cuando contrajo matrimonio en 2009, admite que formar una familia y llevar una vida estable no le ayuda a crear buenos temas.
"Mi mente me dice que quiero ser feliz ¡pero al mismo tiempo quiero estar triste para poder hacer buenas canciones!", confesó a la emisora BBC Radio 2.
Por este motivo, y a pesar de que le encanta pasar tiempo con su familia, la intérprete reconoce que estar largas temporadas lejos de casa durante sus giras contribuye a que pueda escribir buen material discográfico.
"Creo que cuando estoy pasando por momentos emocionales difíciles, las palabras aparecen más fácilmente en el estudio. Quizá es porque he decidido empezar a escribir ahora, porque estoy triste cuando no estoy con mi familia", reveló.
Sea o no porque su vida personal esté pasando por una época maravillosa, lo cierto es que la industria musical ha cambiado tanto en los últimos años que la cantante siente que ya no es dueña de su propia carrera.
"La actual industria es un desastre. No tengo control sobre mi carrera.
Creas un montón de cosas y luego, básicamente, lo meten en una máquina de investigación de mercado y deciden qué sencillos se grabarán".
