Usamos cookies propias de COSMOPOLITAN IBERIA S.L. y de terceros para conservar sus preferencias, finalidades analíticas y de publicidad comportamental para la elaboración de perfiles basado en sus datos de navegación.

Cómo alcanzar el éxito

Alcanza el éxito con estos consejos

05/08/2020
Durante la segunda guerra mundial, los aliados buscaron reforzar las áreas de los aviones que resultaban más dañadas por la artillería nazi. Sobre la silueta de una nave fueron marcando los puntos alcanzados por el fuego enemigo. Su primer pensamiento, me diréis que el más lógico, fue reforzar las áreas que habían recibido más balas, las más afectadas.

Mejorar los puntos más débiles parecía el razonamiento idóneo pero a veces hay alguien que es capaz de mirar de otra manera, dar un paso atrás y ver desde otra perspectiva.  En esta ocasión fue un matemático llamado Abraham Wald.

Los aliados tenían perfecto conocimiento de las zonas más afectadas por los disparos pero sólo de los aviones que habían logrado regresar. Parecía tener más sentido reforzar el resto de la nave porque justo las que habían recibido impactos en otros lugares eran las que no habían podido regresar.

A esto se le llama sesgo de supervivencia y no es el único sesgo que tenemos a la hora de tomar decisiones o valorar el trabajo ajeno.

Si ponemos atención en los pasos que dio un empresario de éxito o un autor reconocido antes de convertirse en un referente obtendremos mucha información valiosa pero ojo, que tratar de repetir ese camino no nos va a garantizar la fama.

Grandes maestros como Rembrant o El Greco tuvieron un cierto reconocimiento en su tiempo pero no fue hasta siglos después cuando alcanzaron el prestigio que tienen ahora. Siguiendo con el gremio, qué ironía que Van Gogh se suicidase en la más absoluta miseria y sin haber conseguido vender un solo cuadro en toda su vida. 
Otro ejemplo de desconocido en su momento es Leonardo Da Vinci, que alcanzó su fama gracias a que era muy minucioso y dejó todo por escrito y, por suerte, alguien encontró y dio valor a su legado.

Esta lista de grandes hombres podría alargarse hasta el infinito, cuantos otros estarán todavía pendientes de ser redescubiertos o tal vez nunca lo sean.


coches antiguos
Sin ser conscientes en muchas ocasiones ponemos el foco en los detalles triviales: que si tal escritora escribía sus best seller en la cafetería de su barrio, que si la reina madre pasó de los cien años bebiendo gin tonics cada noche o que si un crack del tenis es vegano y hace una sesión de meditación cada mañana.

A pesar de que un par de empresarios de renombre lograsen el éxito tras dejar sus estudios, ya nos podemos imaginar que abandonar la universidad no garantiza convertirte en el fundador de una gran compañía.

Si nos centramos sólo en lo que vemos nos perdemos un montón de información. Tendemos a compararnos con los demás pero desde una posición de inferioridad y ponemos el foco en todo lo positivo que les adorna y en lo negativo que tenemos nosotros.

No lo intentamos porque no somos lo suficientemente jóvenes o lo bastante inteligentes. Cuando envidiamos es porque idealizamos la vida de los otros. 
Lo de que la juventud es un divino tesoro es absolutamente cierto, el problema viene cuando tenemos la creencia limitante de valorar la edad cronológica sobre la mental.

Estamos llenos de sesgos, tendemos a prestar más atención a lo extraño y sorprendente que a lo ordinario y esperado. Vemos el éxito de los demás y obviamos los fracasos a los que se han enfrentado para llegar hasta allí.

Valoramos mejor el entorno o las personas con las que estamos familiarizados ¿Os suena eso de no hay mejor lugar para vivir que mi tierra y con mi gente?
Favorecemos lo cercano e inmediato frente a lo lejano y distante, por eso nos cuesta esfuerzo estudiar, ahorrar o adelgazar.

Recordamos lo que nos apetece, ¿no os ha sucedido nunca encontraros con un amigo que no veis hace tiempo y tener una versión absolutamente distinta de una anécdota del pasado? Lo mejor es que ninguno de los dos miente, al menos de forma consciente.

Tendemos a sacar conclusiones generales de datos específicos, en este saco caben toda esa larga lista de estereotipos y prejuicios.
Si a los treinta no tienes pareja ya te quedas para vestir santos, los de izquierdas o los de derechas son todos de determinada manera, los ricos son egoístas y las guapas bobas de baba.

Rellenamos la información que nos falta con suposiciones que nos inventamos, de un hecho particular sacamos la generalidad que más nos gusta. Si conocemos a dos chicas del mismo país y las dos sonríen mucho y tienen éxito con los chicos es, por supuesto, porque las de tal lugar son así.


Vamos a dejar de frustrarnos. Ni todas las rubias son tontas ni ser morena garantiza inteligencia. Ser gordito no te hace feliz ni vivir en la estepa rusa te convierte en un gran bebedor de vodka. Podemos ser extraordinariamente válidos sin ser reconocidos y, por supuesto, el éxito no garantiza ser el mejor ni tan siquiera dejar de ser del montón y si alguien duda sobre esto, que encienda la tele o eche un sutil vistazo a la prensa del corazón.



 

Ingrid Pistono
Ingrid Pistono, licenciada en Psicología con Máster en Psicoterapia del Bienestar Emocional.


Comentarios

¡Anímate!, aquí se publicarán los comentarios sobre este contenido... sé el/la primer@ en participar!!
 

Noticias relacionadas

Más noticias


únete al universo cosmo