La semana pasada os contábamos unos
consejos básicos para ser una auténtica diosa del sexo: la confianza en ti misma y la seguridad. Habéis tenido una semana para practicar y repetiros en el espejo todas estas cosas tan importantes. ¿Preparadas para la fase dos? En esta ocasión, nos centraremos en el mundo de las citas.
Has quedado con un chico, os ponéis a hablar y lo tienes claro: te gusta.
Podríamos decirte que disfrutes el momento, porque realmente
los primeros flirteos son la chispa de la vida, pero seguramente en esos momentos estés demasiado preocupada por saber si a él también le gustas, si deberías dar tú el primer paso o esperar a que lo haga él… Pues vamos allá. Partamos de la base de que
cada situación es un mundo y que una buena diosa del sexo tiene sus propias reglas (¡o no tiene ninguna!) sobre cómo volver loco a un hombre, pero os vamos a dar un pequeño empujoncito para que os hagáis una autoevaluación y apuntéis algún truco que os puede resultar interesante.
- El buen coqueteo ha de ser sutil. Siempre coqueta, pero nunca desesperada. Que tu cuerpo diga “me apetece conocerte”, pero no “llevo seis meses sin tener sexo”. Es decir: ¿lamerte los labios? De acuerdo, pero no lo repitas demasiado, no te pases. Aprovecha también para colocar tus manos en tu punto fuerte, porque ahí se dirigirá su mirada. Arréglate los tirantes si lo tuyo son los pechos, reposa la mano en tus piernas si las tienes de infarto, etc.
- Temas de conversación: ¡hobbies! En serio, comenzar con temas de política o religión puede no llevar a ningún puerto. Empezad contándoos cosas que os gustan y que creas que podéis tener en común. Un buen consejo que las mujeres tenemos que aprender muy bien es no hablar de exparejas (ni para bien ni para mal), ni hablar mal de otras mujeres, porque parecemos inseguras.
- Contacto físico. Tócale. Es una manera muy efectiva de hacerle saber que estás interesada. Sé sutil (de nuevo, insistimos). Un toque en su rodilla para enfatizar un momento de tu conversación es suficiente. Te aconsejamos que evites ese viejo truco de “uy, tienes un trocito de chocolate en la boca, espera que te lo quito”. Te suena, ¿verdad? A él también.
- La mirada. Mientras él habla, tú muestra interés con los ojos. ¿Qué podemos decirte que no hagas ya de una manera espontánea? Alza las cejas cuando diga algo que te sorprenda. Prueba a bajar la mirada y subirla con la cabeza todavía inclinada hacia abajo. O mientras bebes de tu vaso. Es muy sexy.
- Sé misteriosa. Deja que sea él quien te pregunte cosas sobre ti, no desveles todas tus cartas. En su lugar, pregúntale a él sobre su vida: ¿tiene hermanos? ¿trabaja? ¿a qué se dedica?, etc.
- Acepta los halagos. Huye de ese “qué va, qué tonto, si hoy estoy fatal, si tengo el pelo hecho un asco, si no he podido maquillarme”. ¿Para qué todo eso? ¿Quieres ligar o quieres un par de palmaditas en la espalda? Créetelo, chica. Sonríe y dile “gracias, tú tampoco estás mal”. Verás su cara. ¡Mucho mejor!
- Momento pre-beso. ¡Ay, amiga! El mejor y peor momento de la cita. ¿Cómo lo hago? ¿soy yo o es él? Es un tópico que un chico tiene que ser el primero, pero si eres tímida y lo prefieres así, al menos, hazle saber que quieres ese beso. El chico no tiene por qué hacerlo todo. Mírale mientras habláis y pasa tu mirada de sus ojos a su boca alternativamente. ¡Un clásico! No necesitará un premio Nobel para entenderte. Si prefieres ser tú, puedes aprovechar la despedida o, sencillamente, acercarte a su oído para decirle algo y alejarte de su oreja muy despacito hasta que os rocéis la nariz.
- Besos. Esto solo ya merecería un post aparte. Todo el mundo cree que sabe besar, pero, ¿todo el mundo besa bien? Está claro que hay algo intangible en esto de los besos, y es que la química que tengáis hará un 90% del beso en sí. La atracción sexual puede convertir un beso en un momento muy erótico, o puede ser un mero trámite si no existe. Sin embargo, sí hay algunos trucos básicos: detente en los labios antes de pasar a la lengua, porque hay muchas terminaciones nerviosas en ellos y aumentará la expectación. Aprovecha también para tocarle la nuca con los dedos, o el brazo. Y, por supuesto, no solo beses su boca. La oreja o el cuello pueden ser los detonantes de una noche muy movidita.
¿Y bien?, estaréis pensando. ¿Qué hacer luego, cuando ya los besos se han quedado cortos? En el próximo post,
los mejores trucos para ser una diosa del sexo… pero esta vez sí, en la cama.
Estos y muchos otros consejos los hemos sacado del libro “Cómo ser una diosa del Sexo”, de Flic Everett.
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Redacción COSMO
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