Últimamente hemos podido ver en la red grandes ejemplos de mujeres que plantaban cara a la presión social por su físico. Una de ellas es
Kesha. Hace ya un mes que ingresaba en una clínica de rehabilitación como consecuencia de un desorden alimentario, y su madre (Pebe Sebert) la seguía una semana después como consecuencia de un estrés postraumático. Ahora, Pebe ha hablado.
“He visto cómo se reprendía y ridiculizaba a mi hija, preciosa y segura de sí misma, por su apariencia y por su peso; hasta el punto en que ha estado a punto de morir”, dijo a la revista People. “Una vez, su manager David Sonenberg, le dijo en una llamada ‘¡Tienes que perder peso! No me importa lo que hagas… métete drogas, no comas, métete el dedo por la garganta’”.
Esas escalofriantes declaraciones llevan a entender la lucha interna que ha tenido que sufrir Kesha, obligada a rechazarse a sí misma y a jugar con su salud por una estricta y absurda concepción de la belleza. Por suerte, tras ingresar en la clínica de rehabilitación, hablaba con las ideas claras: “Soy una firme defensora del amor propio, de defender quién eres, pero me ha costado mucho llevarlo a la práctica.”, decía. Su madre añadía también que poco importaba ya si alguna vez volvía a grabar un disco. Ahora mismo, su prioridad era ser feliz y estar sana.
La presión de los medios de comunicación es un arma que hace mucho daño, especialmente a las mujeres, más aún si son personajes públicos y están en el punto de mira. Kesha no es ni la primera que ha recibido duras críticas por la obsesión por la delgadez en las mujeres. También
Jennifer Livingston, presentadora americana de los informativos matinales de la cadena WBKT, recibía hace unos meses un durísimo email en el que un espectador comentaba cosas como: "Veo que tu condición física no ha mejorado. No eres un ejemplo para los jóvenes de nuestra comunidad, especialmente para las chicas. La obesidad es una de las peores elecciones que puede tomar una persona y uno de los hábitos más peligrosos. Espero que reconsideres tu responsabilidad como personalidad de la vida pública local y pases a promover un modo de vida saludable".
Pero ella no se quedaba callada. Dio la cara en su programa de televisión y respondió al correo públicamente para dar cuenta de la crueldad de sus palabras. Así mismo, hizo un llamamiento a todas las personas que, por desgracia, se enfrentarán algún día a un bully o a alguien que quiera juzgarles y ridiculizarles por su aspecto. "A todos los niños que os sentís perdedores, que lidiáis cada día con vuestro peso, con el color de vuestra piel, con vuestras preferencias sexuales, con vuestras incapacidades, incluso con el acné de vuestra cara: no permitáis que sean los "bullies" (acosadores) quienes os definan", decía.
No podemos cerrar este resumen sin hablar de
Lizzie Velasquez, apodada por sus compañeros de colegio como “la mujer más fea del mundo”. Nació sin líquido amiótico, y desde entonces no sólo ha tenido que lidiar con los problemas físicos que eso conlleva, sino con algo peor: las críticas de los demás. Sin embargo, escucharla hablar es toda una inspiración. “Tú eres la persona que define quién eres. Sólo tú conduces tu vida”, dice en este vídeo.
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Redacción COSMO
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