Nuestras chicas sacan su lado más romántico en el #DíaInternacionalDelBeso
Aunque el origen del beso no está del todo claro, si hay algo que sabemos a ciencia cierta es que es uno de los ejercicios más sanos que hay. Hay 146 músculos involucrados en cada beso, y dicen que con un beso de un minuto se queman unas 26 calorías. ¿Quién dijo que en la operación biquini todo tenía que ser cross fit y sufrimiento?
Con cada beso, no solo estimulamos nuestro sistema inmunológico, sino que además reducimos los niveles de cortisol —la hormona del estrés— y liberamos endorfinas y oxitocina —la hormona del amor—. ¡Viendo todas las ventajas lo que no entiendo es cómo no lo recomiendan todos los médicos de cabecera!
Si tengo que quedarme solo con dos besos de entre todos mis besos de película favoritos creo que serían sin duda el de Mi chica, porque transmite mejor que ninguno toda esa inocencia e ingenuidad que rodea a un primer beso, y el de El diario de Noa porque... bueno, ¡no creo que haga falta explicar por qué ese es uno de los besos más memorables de la historia del cine!
Si hay algo que me gusta del día del beso es hacer todos los años (bueno, todos desde que tengo canal de YouTube) una recopilación de besos de despedida en los que siempre me mancho los dedos de pintalabios al terminar mis vídeos. Me parece un día muy cuqui que celebrar. Y muy ñoño, la verdad, aunque esté mal que lo diga desde el lado de las emparejadas, pero ahí queda dicho.
Si tuviera que hablar de mis besos favoritos (y lo voy a hacer porque esto es algo que siempre he pensado mucho y nunca he tenido la oportunidad de darle la brasa a nadie al respecto) diría que, en el ámbito cinematográfico, siempre me han encantado los de las películas antiguas. Esos besos en los que los protagonistas pegan los labios y mueven toda la cara. No sé cómo explicarlo, pero si habéis visto Casablanca, sabéis de lo que hablo. ¡Oy, qué maravilla de besos! Qué sentimiento, por favor. Voy a ver si hago como Carrie Bradshaw y entreno a mi novio para que nos demos besos de esos en medio de la calle, que siempre es algo agradable de ver, claro que sí.
Si hay que hablar de besos favoritos elijo uno de película. Mi beso de película favorito es este beso que en “Dirty Dancing” se dan Baby y Johnny. “Dirty Dancing” es, además, mi película favorita de todos los tiempos, creo que la he visto más de 20 veces (muchas de ellas siendo pre-adolescente). Una de mis escenas favoritas es esta del beso en medio del baile y, creo que los dos están magníficos en esta escena. En la escena se supone que él le está dando una clase de baile, temen que los pillen, y los pillan, y disimulan.
Tiene todo lo que un buen beso merece para ser recordado, se conocen hace poco, están enamoradísimos, es un amor secreto y prohibido y, además, discuten a menudo porque los dos creen que no pueden estar con el otro aunque en realidad no pueden estar sin el otro. Y el besador es Patrick Swayze ¿para qué más?
Me encantan los besos en las películas. Y las películas románticas, para qué nos vamos a engañar. Creo que son una muy buena opción para pasar las tardes de sábado en casa (sobre todo cuando hace mal tiempo). Sin embargo, como buena apasionada de la lectura, si tengo que elegir mi beso preferido sin duda alguna opto por el de un libro. Pero no de uno cualquiera, sino de una obra de arte como es Rayuela.
Rayuela es una novela fantástica, maravillosa, extraordinaria… No sé, no tengo suficientes palabras para definirla. Por ello, prefiero dejaros con el momento justo en el que ocurre el beso del que os hablo, para que todos podáis sentir lo que yo sentí al sumergirme en su lectura:
“Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la boca que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor de fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.”
¿No es realmente extraordinario? ¡Parece que eres tú el que está en ese momento besando a esa persona especial! Espero que os haya gustado este trocito de romanticismo. ¡Feliz Día del Beso a todos!
