Este domingo se celebra en Los Ángeles la gala de los premios de la Academia de cine estadounidense, en la que se entregan los codiciados Oscar. Y mientras ellos, nominados o no, se prueban distintos modelos de esmoquin, ellas podrían estar vistiéndose con los colores de la guerra.
La ceremonia de entrega de estos premios siempre ha servido de plataforma social en la que muchos cineastas han denunciado injusticias sociales como la discriminación racial en la sociedad o las políticas belicosas de algún que otro presidente, pero lo que se prepara en Hollywood para este domingo pretende ser algo rompedor.
Hollywood contra Hollywood. O lo que es lo mismo, la vieja Meca del cine controlada por hombres blancos contra la emergente lucha de las mujeres de la industria que se sienten ninguneadas en comparación con sus colegas masculinos.
Si ya sospechabas que la industria del cine americano, y por extensión del mundo, trataba a sus mujeres como trabajadores de segunda, aquí vamos a exponer algunos hechos que no sólo te lo van a confirmar, sino que deberían hacer sonar una voz de alarma en tu cabeza.
Estos son los hechos, con las cifras en las manos.
- En 88 años de entregas de premios de la Academia, se ha concedido el Oscar al mejor director a 87 hombres y a una sola mujer (Kathryn Bigelow por En Tierra hostil, 2009).
- La proporción real de mujeres directoras que consigue llevar su película a la gran pantalla es de tan sólo una por cada 24 directores varones.
- De cada 1000 películas, sólo 45 son dirigidas por mujeres.
- Una mujer directora suele llevar una película a las salas cada diez años. Un director varón tiene una media de tres películas estrenadas en el mismo plazo de tiempo.
- Los académicos, o el grupo de expertos en cine que vota cada año a las nominadas y las ganadoras de la ceremonia, cuentan tan sólo con un 27% de mujeres en sus filas.
Estas cifras han llegado por fin a la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo, perteneciente a la agencia federal del Gobierno de Estados Unidos, y cuya misión es garantizar la igualdad de oportunidades para todos y que ya ha actuado en el pasado para garantizar una diversidad racial en ámbitos como el del deporte.
Se desconocen aún si este organismo acabará tomando medidas en el mundo del cine pero si hay algo seguro, es que más de una mujer que suba este domingo al escenario para recoger un premio estará ahí para recordarle al mundo una injusticia que lleva demasiadas décadas tolerándose.
Porque además, ya existía en Hollywood un decreto que perseguía conseguir la igualdad laboral y salarial en la industria entre todos sus trabajadores, y que se firmó nada menos que en 1964 bajo el nombre de Ley de Derechos Civiles.
Ni que decir tiene que ese decreto se ha ignorado completamente.
La industria del cine es solamente una pequeña fracción del mundo laboral, pero es un perfecto ejemplo para observar la desigualdad entre sexos por ser un escaparate público en el que todos podemos constatar su triste realidad. Es por lo tanto una inmejorable plataforma para señalar aquello que está mal en este mundo.
La
revolución feminista que se expande por Hollywood es fuerte, pero todavía tiene muchos muros que derribar. En los pasados años, actrices como Patricia Arquette,
Meryl Streep, Cate Blanchet o Emma Thompson han dedicado los pocos segundos en los que una ganadora del Oscar domina el escenario de la gala para denunciar tan descaradas desiguadades.
Por ello, Hollywood es tan buen lugar como cualquier otro para comenzar la batalla contra un mundo en el que sólo los varones ostentan el poder.
Redacción COSMO
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